¿Será útil la Cámara de Regiones?
- Surge, a la vez, la pregunta respecto de hasta qué medida esta cámara, sin mayores facultades o francamente en desnivel con las atribuciones de los diputados, servirá para que las demandas de
las regiones estén realmente presentes en el Poder Legislativo.
El trabajo de los convencionales sigue dando de qué hablar y ahora tocó un punto sensible, al proponer la eliminación del Senado y, en cierta medida, reemplazarlo por lo que se ha denominado la Cámara de Regiones.
Este último calificativo quiere ser un guiño a los territorios, pero, en suma, parece que será sólo eso, pues sus integrantes tendrán funciones y ámbitos limitadísimos.
Desde que se estableció la Convención Constitucional, se levantaron voces para alentar que el Poder Legislativo estuviera representado sólo en una cámara. Ya entrando en tierra derecha, ello comenzó a ser resistido desde el propio Senado, cuyos integrantes -ayudados por connotados prohombres, como el ex Presidente Ricardo Lagos- salieron en defensa del rol que los senadores cumplen en la tramitación de las leyes.
Este Legislativo asimétrico parece ser, más que una propuesta técnica y alcanzada luego de un trabajo comparativo de otras experiencias mundiales, una forma de sortear las críticas venidas del Senado y de quienes sustentan la importancia de su permanencia y, a la vez, una forma de no traicionar compromisos de campaña de los convencionales.
Si bien hubo acuerdo al interior de la comisión encargada de proponer un nuevo régimen de gobierno para Chile, éste no contó con el respaldo de varios grupos representados en la Convención Constitucional, haciendo feble el supuesto avance.
Ahora bien, en lo que inicialmente pudo haber sido visto como una defensa corporativa, hay algunos puntos rescatables y que merecen ser sopesados.
Al eliminarse el Senado y, por ende, sus facultades de cámara revisora, se podría poner en juego la calidad de las nuevas leyes.
Por otro lado, es importante estimar el costo que tendrá para el erario nacional sostener una cámara con limitadas atribuciones y si ello será o no eficiente.
Surge, a la vez, la pregunta respecto de hasta qué medida esta cámara, sin mayores facultades o francamente en desnivel con las atribuciones de los diputados, servirá para que las demandas de las regiones estén realmente presentes en el Poder Legislativo.