Dirigenta denuncia nuevas “tomas” al final del barrio 18
Fue el pasado viernes cuando un camión llegó hasta el sector del calle Márquez de la Plata con Abate Molina, al sur de Punta Arenas. El material transportado era señal inequívoca del propósito: levantar nuevas construcciones ilegales en un sector que durante años viene, justamente, siendo escenario de las llamadas “tomas”. Y no sólo eso, a esa altura el terreno ya había sido nivelado.
“Uno no está en contra de que las personas incurran en estas prácticas, para eso se supone está la ley, pero si lo van a hacer porque nadie se preocupa de fiscalizar, lo menos que se espera es que respeten el entorno”, señala la presidenta de la junta de vecinos Nº22, Luisa Quezada.
Si bien reconoce sentirse cansada de observar cómo las “tomas” no se detienen, generando problemas asociados, como basura y violencia, dice que lo más grave de la situación es que el tema parece no importarle a nadie más que a los vecinos. Recuerda que son años de golpear puertas, “con respuestas sí, pero sin acciones concretas”, situación que volvió a repetirse a partir del pasado viernes “cuando me atendieron diciéndome que la delegada regional vería el tema, y eso no pasó. El único que me escuchó fue el seremi de Gobierno (Arturo Díaz). Luego enviaron a Carabineros, pero cuando llegaron no estaba esta gente y supuestamente iban a enviar un camión municipal para retirar el material y al parecer tampoco pasó nada”.
La dirigenta señala que el problema en el sector se remonta a varios años, incluso cuenta que los primeros que se instalaron a orillas del Río de la Mano terminaron vendiendo sus casas en varios millones. “Por demandar soluciones claro que he tenido problemas. Si estas personas quieren vivir en la orilla o al medio del río es su problema, pero que respeten, que se preocupen de limpiar, de mantener una buena convivencia. Nosotros como dirigentes hacemos lo que podemos, imagínese que ni siquiera tenemos un lugar para que los niños jueguen, porque habiendo terreno nadie nunca se ha preocupado de ellos. Y más encima, hoy ese lugar representa un peligro”.
Luisa Quezada sostiene que ahora sólo resta esperar que alguna autoridad considere esta situación y que gestione una solución para vecinos que no sólo están siendo postergados sino también viéndose afectados por un tema que a nadie más que ellos parece importarles.