Confianza y Diálogo
Diego Benavente M.
Ingeniero Civil
Regionalista
En la sociedad actual y los frenéticos tiempos que se experimentan, una de las cosas importantes es poder y saber comunicarse bien, para esto hay que disponer de espacios que generen confianza para que se pueda producir un diálogo fructífero. En toda organización o sistema esto es clave, ya que de seguir por el despeñadero de la incomunicación, es llenarse de ruidos pero con muy poca comunicación de verdad.
Hay que tener un lenguaje y códigos comunes en que nos podamos entender. La violencia lamentablemente es el arma de expresión de los que se sienten excluidos. Faltan gestos y demostraciones de desprendimientos sinceros y de que realmente escuchar de parte de la elites, que por lo general siempre han impuesto su lenguaje y reglas del juego de arriba hacia abajo, como una manifestación de dominación, poco pertinente para los tiempos que corren. Estilos excluyentes que no son amigables ni menos concitan simpatía porque tampoco se abren o invitan a compartir o participar.
Es un Club cerrado y exclusivo que los hace aislarse y perder el contacto y roce con el mundo real, conformado por las personas común y corrientes. En números, son ellos los poquitos vs. la gente común, la gran mayoría, lo cual para la gente joven que no reconoce autoridades, así como así no más, sumado al masivo y universal uso de las redes sociales, provoca lo que estamos viviendo hoy en día, una gran brecha ahora evidenciada y profundizada por lo generacional.
El no querer oír es primo hermano del no saber escuchar, experimentado y transmitido como enseñanza de clase, de familia, barrio y colegio. Todo además incentivado por el individualismo exacerbado que se ha promovido en una sociedad de consumo, que tiró por la borda o borró de un plumazo todas las experiencias de vida de convivencia colectiva, que antes eran tan naturales para toda nuestra gente, tanto los de arriba como los de abajo.
Aun no se han superado las divisiones provocadas por nuestro pasado, ya no tan reciente, cada cual con sus errores y horrores, todo lo cual vuelve a contaminar cada cierto tiempo la convivencia, sobre todo en las contiendas electorales. Se hace necesario y es urgente, iniciar un proceso de sanación que le permita al país fundar una convivencia civilizada que construya nación respetando identidades y diferencias. Esto es fundamental, ya que de no hacerlo estaremos postergando nuestro desarrollo futuro, haciéndonos periódicamente zancadillas entre nosotros mismos, ¡donde se ha visto! aquí en Chile, nada menos.
En estos tiempos y como lo expresa Daniel Innenarity “estamos en un momento un poco histérico” y como se tiene tiempo y atención limitada, hay que aprender a renunciar a prestar atención a cosas que no lo merecen. “Hay personas tóxicas de las que hay que huir.” Y ya que la política está muy espectacularizada, se debe “ir a una política más personalizada, menos espectacular y no reducida a la mera información acerca de los insultos que se confieren unos a otros.”
Muy por el contrario, se debe valorar y destacar lo positivo, como por ejemplo lo que sucedió con el premio que recibió Chile por el desarrollo de herramientas contra la pandemia. Donde aplicaciones para la búsqueda de casos de Covid-19 desarrolladas por el Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería de la Universidad de Chile, en colaboración con los ministerios de Ciencia y Salud, fueron distinguidas por el Franz Edelman Award 2022. Noticia que tuvo muy poca atención pública y que merecía mejores espacios e importancia. Relevar esto, al igual que otras noticias positivas por el estilo, nos puede servir para levantar la vista y apuntar entre todos hacia un futuro común que, juntos siempre será más fácil construir.