“Su muerte fue obra de la violencia que enceguece”

– La ceremonia realizada ayer en la Iglesia Catedral estuvo encabezada por el jefe de la XII Zona de Carabineros, general Claudio Pizarro, acompañado del gobernador regional Jorge Flies, la delegada presidencial Luz Bermúdez y representantes de la PDI y Fuerzas Armadas.

Con un acto religioso en la Iglesia Catedral, autoridades, funcionarios policiales y comunidad en general oraron ayer por el descanso eterno del mártir 1.225 de Carabineros, Breant Rivas Manríquez, ultimado de un disparo durante un control policial en Chillán el pasado jueves.

Emotivas palabras entregó el vicario general de la diócesis, sacerdote Fredy Subiabre, quien recordó la figura del joven de 23 años e instó a las autoridades a trabajar por la paz y seguridad de Chile.

El párroco compartió el relato de un amigo sacerdote, en el que le dio cuenta de la conmoción en la Catedral de Chillán el día en que se hizo oración por el joven carabinero, “el mismo que el 27 de abril gallardo portaba el estandarte de su institución en la celebración del aniversario y en recuerdo agradecido por los mártires que ofrendaron su vida en bien de los demás. Días después encarnaba el martirio, llevado su cuerpo por sus familiares y carabineros. En su cuerpo estaba la ofrenda de su propia vida”.

Por eso -continuó Fredy Subiabre- en su partida deja un mensaje: “No podemos recordarlo simplemente por las circunstancias en que murió, las que ciertamente nos conmueven muy profundamente y también se alzan hoy desde aquí como un grito común de todos los chilenos que rechaza la violencia, pero que también nos interpelan a presentarlo a él desde su vocación como servidor público, como hombre honrado y de bien, hombre que iniciaba su vida familiar. Es, pues, el conjunto de valores que animan la vida de una persona lo que van modelando a un héroe: alguien capaz de animar la esperanza en medio de su pueblo”.

Agregó que el mártir por excelencia es Cristo Jesús, el resucitado que ofrendó su propia vida y que la dio voluntariamente. “Lastimosamente Breant no. Su muerte fue obra de la violencia que enceguece, por eso nuestra llamada y compromiso es a desterrar toda violencia, toda acción que deshumaniza nuestras relaciones. Queremos de Chile una mesa para todos. Cercanía, vecindad, participación y comunión son palabras llenas de significado. Pedimos esa gracia para todos los chilenos. Y para nuestros carabineros toda nuestra solidaridad, sabiendo que sin Jesús nada podemos hacer. El es fuerza en el camino de nuestra misión y en la certeza de la resurrección presentar la vida plena que le ofrece a Breant. Oramos para que le dé consuelo y esperanza a su familia y también renovado espíritu de servicio a su querida institución”.