Las multinacionales evalúan cerrar sus operaciones en China ante el creciente temor de una invasión a Taiwán
Las empresas multinacionales están elaborando planes de contingencia en caso de invasión de Taiwán por parte del régimen chino, después de que Beijing lanzó una serie de ejercicios militares sin precedentes alrededor de la isla autónoma este mes.
La inquietud de los líderes empresariales en EE.UU., Europa y Japón es una señal de que los inversores ya no consideran improbable una invasión de Taiwán y temen que la isla pueda convertirse en una nueva Ucrania.
“Hay mucho pensamiento de escenario en marcha. . . hasta llegar a: ‘¿Qué haremos en caso de que haya una guerra? ¿Deberíamos cerrar nuestras operaciones en China? ¿Cómo podemos mantener nuestro negocio y superar posibles bloqueos?’”, dijo al Financial Times Jörg Wuttke, director de la Cámara de Comercio de la UE en China. “Esta pequeña isla que siempre estaba hirviendo a fuego lento… de repente se percibe en muchas sedes como si fuera a ser la próxima Ucrania”, dijo.
La decisión del Presidente chino Xi Jinping de realizar ejercicios militares en respuesta a la visita a Taipei de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, modificó el status quo en torno a la isla, que China considera una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949, tras perder la guerra civil contra los comunistas.
Las tensiones también se producen en un contexto de críticas occidentales a la negativa de China a condenar la invasión rusa de Ucrania, así como las violaciones de los derechos humanos del régimen en Xinjiang y Hong Kong.
Por eso, las empresas multinacionales activas en China enfrentan un riesgo de reputación cada vez mayor y la presión de Washington y sus aliados para diversificarse y alejarse del mercado continental.
De hecho, algunas empresas estadounidenses se encuentran entre las que están considerando trasladar partes de sus operaciones fuera de China, lo que amenaza los lazos económicos entre las superpotencias. Un ejemplo fue la noticia de este miércoles que Apple planea fabricar relojes inteligentes Apple Watch y ordenadores portátiles MacBook Pro en Vietnam.
Aún así, los líderes empresariales dijeron que todavía no hay muchas alternativas al mercado de consumo más grande del mundo y el centro de fabricación más importante, lo cual explica porqué no se produjo un éxodo de empresas similar al que golpeó Rusia tras la decisión de Putin de invadir a Ucrania.
Eric Zheng, de la Cámara de Comercio Estadounidense en Shanghái, dijo al FT que muchas grandes empresas estadounidenses, incluidas Disney y Tesla de Elon Musk, se habían comprometido a largo plazo para estar “en China, para China”, y seguían dependiendo en gran medida del acceso a sus 1.400 millones de consumidores.
Por otro lado, Zheng dijo que para muchos fabricantes estadounidenses con cadenas de suministro globales, la crisis de Taiwán se sumó a los impactos “materiales” del deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y China, como los aranceles comerciales. Esto los estaba obligando a tomar medidas serias, como considerar la construcción de fábricas en otros países.
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