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Sebastián Núñez dejó la capital para venir al sur a ejercer la abogacía en la Defensoría Penal

Domingo 21 de Agosto del 2022

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– Terminada la jornada laboral se da un tiempo para sus otras pasiones, como ver series y películas de investigaciones policiales y releer las historias del detective Heredia del escritor magallánico, Ramón Díaz Etérovic.

La práctica profesional la realizó en el Ministerio Público. Sin embargo, hoy Sebastián Núñez Quezada es abogado de la Defensoría Penal Pública de Punta Arenas en reemplazo de la vacante que dejó la salida del profesional Guillermo Ibacache Carrasco.

Mientras esperaba su título, cumplió funciones administrativas en la Fiscalía y, una vez titulado, trabajó como querellante e hizo clase de derecho penal en la Universidad Autónoma.

Núñez tiene 36 años de edad. Es oriundo de Santiago. Egresado de la Universidad Católica, con post títulos en litigación y derecho penal.

Desde niño dijo que se interesaba por representar a la gente y por eso ingresó a estudiar. Había egresado de un colegio particular subvencionado y le costó igualarse con el resto de sus compañeros en la universidad. Por eso, pasó un momento de crisis vocacional que, incluso, lo llevó a pensar en abandonar la carrera.

Recuerda que su primer contacto con la labor de defensa penal fue, en cierto modo, durante el estallido social. Con un grupo de amigos, sin mayor interés que prestar un servicio, recorrían las comisarías de Santiago consultando si las personas detenidas tenían requerimientos a la espera de que llegasen los defensores públicos y abogados del INDH.

Cuando estaba trabajando en Valparaíso se abrió la posibilidad de venirse a Punta Arenas. “No lo pensé dos veces. Tomé la oportunidad y me vine”.

Dice estar feliz por la decisión que tomó y valora el respeto que se da entre los intervinientes del sistema procesal penal en la región. “Muy diferente a Santiago. Allá es todo muy frenético e impersonal. Aquí uno entiende que estamos en veredas distintas, cumpliendo cada uno una función pública y queremos realizarla de la mejor forma posible. Las relaciones son más cordiales y respetuosas y no tanto esa cosa competitiva, adversarial de Santiago que no necesariamente lleva a un mejor resultado”, señaló.

Se muestra agradecido de los compañeros y compañeras de la Defensoría. “Me hicieron hasta una pequeña celebración de cumpleaños. La verdad no me lo esperaba. Me sorprendió mucho”.

Debutó con absolución

El debut no pudo ser mejor para él, obteniendo un fallo absolutorio hace unas semanas en su primer juicio oral en Magallanes por un caso de falsificación de instrumento público.

Reconoció que estaba muy nervioso. “Siempre al momento de ejecutar una labor está ese temor por tratar de hacerlo lo mejor posible, pero aquí conlleva un riesgo adicional porque quien comete un error supone, eventualmente, una decisión directa sobre la vida de una persona y su libertad”.

Si bien el caso lo tomó a pocos días de llegar a Punta Arenas, pudo reunirse con el imputado y explicarle de la manera más honesta posible las opciones que tenía, y las que más le podían favorecer. Él hizo un voto de confianza con nosotros sabiendo lo que arriesgaba y, afortunadamente salió todo bien”.

Heredia y los Beatles

Aunque no conocía Punta Arenas, y todavía no la recorre porque su trayecto es de la Defensoría a su residencia, ya respira ese aire de tranquilidad del paisaje y de la gente que, dice, siempre tuvo la impresión que era propio de las ciudades del sur austral.

Terminada la jornada laboral se da un tiempo para sus otras pasiones, como ver series y películas de investigaciones policiales y releer las historias del detective Heredia del escritor magallánico, Ramón Díaz Etérovic. “Soy un fanático de Heredia, tengo la saga completa me traje dos”, señala.

Si algo extraña de Santiago es su tocadiscos para escuchar vinilos de rock, los Beatles, especialmente, aunque, como buen melómano, admite: “Con los años uno ya no es tan categórico y se abre a otros gustos musicales”, concluye.