Alejandra Vásquez Sillard, una chilena que trabaja en la realización del Mundial de Qatar

El viaje que Alejandra Vásquez Sillard realizó a Buenos Aires durante su adolescencia tuvo tal importancia, que probablemente definió el destino de su vida. A sus 16 años, esta hija de la magallánica María Eugenia Sillard Negrete y de Adolfo Vásquez Moreno se instaló en la capital argentina por motivos laborales de su padre. Estando allá conoció a un joven con el que inició un pololeo y que años después se convirtió en su marido.

Alejandra terminó sus estudios secundarios en Argentina y retornó a Chile para cursar la carrera de Diseño de Modas. Mientras tanto enviaba cartas a su novio uruguayo y ambos cruzaban la frontera cada vez que podían.

Cuando en el año 2000 Pablo Sanz Rehermann decide trasladarse a California, la pareja decide casarse e iniciar una vida en Estados Unidos.

Estando allá, ella opta por tener su propia visa de estudiante para hacer un postgrado en diseño. Después trabajó durante 7 años para la marca Náutica. Y en paralelo nacieron sus hijos Emma y Mateo.

La aventura con Pablo continúa en Houston. Mientras él se traslada a la Universidad de Stanford, ella se reinventa y comienza a trabajar en eventos corporativos, relacionados con la Cámara de Comercio de Colombia. En esas labores de intercambio comercial estuvo durante 6 años. Después sigue el periplo familiar hacia Midland, también en Texas, donde vivieron tres años. En su caso se desempeñó en Midland College como asesora en un programa de capacitación para adultos que quieren ingresar a la educación superior.

Reinventarse y
trabajar en el Mundial

Está en esas funciones cuando en julio de 2020 llega el ofrecimiento para Pablo de trabajar en Qatar. Y la familia nuevamente decide aceptar este desafío y viaja a Oriente en plena crisis sanitaria por el Covid-19. “Al principio fue un shock porque en Estados Unidos prácticamente no se vivió la pandemia, casi no se usaba mascarilla, y llegamos a Qatar, donde todo era exagerado y restringido por causa del coronavirus”, señala al teléfono desde Doha, la capital de Qatar.

El otro shock de Alejandra fue el cultural, porque efectivamente se aprecian diferencias al llegar a un país musulmán. Desde su experiencia, destaca que los qataríes son muy educados y cordiales, pero hay restricciones sobre las ropas que pueden usar las mujeres, aunque reconoce que todo es manejable y no hay complicaciones tan dramáticas como cubrirse los hombros o no usar faldas cortas.

Alejandra cuenta que cuando su marido planteó la idea de irse a Qatar, ella puso dos condiciones: aprovechar la oportunidad de viajar por esa zona del mundo e involucrarse con el Mundial de Fútbol Qatar 2022. Y ahora, a pocos días de que culmine el torneo de fútbol, siente que lo ha logrado.

A través de un contacto surgió la oportunidad de comenzar a trabajar en enero de este año para la organización del Mundial. La contrataron para desempeñarse en una etapa de reclutamiento de 20.000 voluntarios para el certamen de fútbol. Después le ofrecieron incorporarse activamente en el torneo como assistant manager de locación del Centro de Convenciones de Doha, que se vincula con los ocho estadios, y donde está el presidente de la Fifa, Gianni Infantino, y las máximas autoridades del Mundial.

“Ha sido una experiencia increíble operar en este centro con más de 700 voluntarios. Nos encargamos de la operación para un volumen importante de gente con la que nos relacionamos. Yo me encargo de la logística de la operación de todos los 700 voluntarios del centro de exhibición. El Centro de Convenciones tiene varias áreas y algunos tienen staff, pero hay muchos voluntarios para seguir operando”, explica.

Ella, en la práctica, es responsable de la logística de apoyar con voluntarios para que las áreas puedan funcionar sin inconvenientes. Dentro de sus tareas no sólo debe preocuparse de que las funciones se realicen bien, sino que además debe motivar a los voluntarios a hacer sus labores. “Ellos nos ayudaron tanto pero también se sintieron muy reconocidos con el trabajo realizado”, agrega.

El contrato de Alejandra con la organización del Mundial 2022 culmina el 31 de diciembre. Está satisfecha por lo realizado y destaca esta oportunidad de trabajar en un evento deportivo de carácter internacional. Y por eso abre las puertas a posibilidades en otras instancias deportivas que se realicen en Doha o en Oriente.

Sobre sus preferidos para ganar el torneo, esperaba que avanzara Uruguay, porque su marido es de esa nacionalidad, pero ahora apoya a Argentina, por la cercanía que ella y su familia tienen con ese país.

Beneficios para Qatar

A juicio de Alejandra, el Mundial de Fútbol ha otorgado múltiples beneficios a Qatar, ya que se ha mejorado la infraestructura y se ha podido difundir la cultura árabe a todo el mundo. “Es impresionante lo que ha logrado un país tan chico, de tres millones de habitantes, en la organización de este Mundial. Ha sido lindo ver a la gente estar en un país árabe. Me gusta que quienes han venido conocen un poco más sobre los árabes, porque terminan prejuicios y reconocen que son personas generosas. Yo destaco además lo buen anfitrión que ha sido Qatar con los visitantes”, declara.

Respecto de restricciones como la imposibilidad de encontrar bebidas alcohólicas en el comercio en general, Alejandra considera que esto no ha sido tan problemático y que, incluso, en algunos casos, ha sido hasta positivo porque habría provocado una que otra riña entre los fanáticos de los diferentes equipos.

Una vez que termine el Mundial de Qatar, Alejandra y su familia plantean un viaje a Sri Lanka, y al retornar verá qué va a hacer en términos profesionales. Después de esta experiencia en el torneo de fútbol, le gustaría seguir involucrada con eventos deportivos, porque es una actividad muy intensa pero muy entretenida.