Matrimonio salvó de quedar atrapado en incendio saltando desde un segundo piso
- El fuego habría comenzado en un quincho, aparentemente por un fuego mal apagado, producto de lo cual pudieron saltar chispas que dieron origen al siniestro.
Momentos de mucha angustia y desesperación vivieron en los primeros minutos de la madrugada de este miércoles los moradores de una vivienda de dos pisos que resultó completamente destruida por un voraz incendio, a unos 8 kilómetros al norte de Punta Arenas, sector Barranco Amarillo.
El fuego habría comenzado en un quincho, aparentemente por un fuego mal apagado, producto de lo cual pudieron saltar chispas que dieron origen al siniestro.
Las llamas avanzaron extremadamente rápido y en cosas de minutos envolvieron la amplia propiedad. Al punto de que la dueña de casa, la conocida médico pediatra Patricia Amarales y su esposo, Jorge Luksic, tuvieron que salir por una ventana del segundo piso y saltar desde el techo al vacío. No tenían otra forma de escapar ya que las “lenguas” de fuego lo consumían todo.
Mientras las llamas alumbraban el cielo, los vecinos se comunicaban con Bomberos y prestaban auxilio al matrimonio, poniéndolos a resguardo y ofreciendo abrigo porque literalmente escaparon con lo puesto.
La central del Cuerpo de Bomberos envió al lugar amagado unidades de cinco compañías (1ª, 3ª, 5ª, 6ª, 7ª más la Brigada de Río Seco).
Bomberos
El comandante del Cuerpo de Bomberos, Pedro Alvarado Gómez, dio cuenta de la ardua labor que desplegaron los aproximadamente 80 voluntarios que se dieron cita en la emergencia, centrada al interior de calle Juan Williams Nº 010333, a unos metros del cruce San Martín, en Barranco Amarillo.
El llamado quedó registrado a dos minutos de la medianoche y recién a las 6 de la mañana se retiraron las últimas unidades.
“Era una casa habitación, de material mixto, que en algunos tramos tenía tres pisos, de grandes dimensiones. El origen y causa se están investigando, pero sí se pudo ubicar la zona focal, en instalaciones destinadas a quincho”, afirmó Alvarado.
Al llegar los primeros voluntarios se encontraron con la casa envuelta en llamas y los ocupantes, que era solo el matrimonio, en el exterior. Ya estaban a resguardo.
Agua
Consultado por eventuales dificultades que debieron sortear, lo principal fue que tuvieron que realizar unión de material, como las mangueras, ya que desde el camino antiguo a la vivienda hay aproximadamente 600 metros. Y lo angosto del acceso impedía ingresar con los carros bomba hasta el interior.
Esto los obligó a instalar una “piscina” que las unidades fueron llenando con agua que iban a buscar en las cercanías. “Además de esto no tuvimos mayores problemas”, expresó.