¿Cuándo se jodió Chile? Evidencia Económica y Social

“Conversación en La Catedral” de Vargas Llosa. De esa extensa novela surge una frase que ya para entonces cuestionaba el estancamiento y la constante crisis política de su país: ¿Cuándo se jodió el Perú? Esa pregunta se puede extrapolar a otras realidades y parece pertinente en este preciso momento preguntarse, parafraseando a Vargas Llosa,: ¿cuándo se jodió Chile?. “Desde mediados de la década de los ochenta, el crecimiento económico en Chile “destacó”  por su alto nivel y persistencia. No obstante, el país no ha estado inmune a las crisis internacionales que han ocurrido a fines de los noventa… tratamos de buscar nuevas fuentes de crecimiento para un país que como Chile ya ha avanzado en los determinantes básicos del crecimiento tales como incrementar su crecimiento futuro si se preocupa en mejorar la calidad de la educación y si provee mejor infraestructura pública. Además por supuesto, avanzar en la gobernabilidad, en eliminar excesivas restricciones regulatorias y en motivar la adopción de tecnología para lograr un mayor crecimiento económico”. ¿Algo de eso sucedió?. Nada.

Para no latearnos vamos a 2019, ad portas de la pandemia estalla la crisis social de la que algunos aseguraron que no lo era y otros que no lo vieron venir. Ambos personajes son de la misma idea sesgada de creer que todo estaba bien y nada podía ocurrir sino unas cuantas manifestaciones propias de la comunidad. Los personeros Gubernamentales, Congreso, Ejecutivo fueron impávidos espectadores de lo que se les venía encima. No hicieron nada.

Mieres, M., 2020 plantea que:… “En Chile existen grandes desigualdades entre sus regiones a nivel social y económico… la Araucanía, la peor catalogada en cada uno de los indicadores económicos y algunos sociales. A nivel de desarrollo económico, la Región Metropolitana logra los mejores resultados, mientras las regiones del sur del país, los peores. Esto es parte de los determinantes de lo que llaman la desigualdad del ingreso en Chile con un Estudio empírico regional que analizó, a través de un análisis econométrico, los principales factores que determinan la desigualdad del ingreso en Chile.

¿Debemos agregar algo más? Claro, la evidencia económica no es suficiente, hay evidencia diferente que la podemos denotar en el enrarecimiento de algunos de los poderes del Estado que incurren no en errores sino en decadencias indignas para los que antes se esforzaron por tener una nación libre, democrática, y los “actores”, como se llaman usualmente entre ellos hacen lo contrario. De muestra un botón: Como fracasó el Plebiscito  de salida del 2020 y todos pensamos que lo lógico era seguir con lo que existía, apareció el plan B, el de los “demócratas”, el de los “creadores de la cocina” el de los que querían cambiar todo sin cambiar nada. Y hoy estamos aquí, con el mismo esquema del noventa: Un acuerdo para que los participantes ganen, los espectadores pierdan y el resto que siga creyendo que la Economía se va a reactivar aunque para los mismos, de la misma forma, sin cambios sustanciales a la Previsión y la Salud, manteniendo las interminables tasas de espera en los hospitales, pensiones miserables y así el país sigue siendo un paraíso falso. 

Mis disculpas a los lectores, reconozco que me he dado una tremenda vuelta y no pude contestar: ¿Cuándo Chile se fue al carajo?