Nueva donación de la Fundación Tompkins Conservation
En 2019 (26/04/2019) la Fundación Tompkins Conservation logró concretar lo que había iniciado en 2017, donando al Estado chileno de más de 400.000 hectáreas en lo que hoy es el Parque Pumalín y Patagonia. Esta donación se sumaba en ese entonces, a la donación efectuada el año 2005 cuando se amplió el Parque Nacional Corcovado y a la del año 2013 cuando la fundación donó importantes y singulares extensiones de terrenos en lo que hoy es el Parque Nacional Yendegaia en el sur de nuestra Tierra del Fuego.
Las hectáreas donadas en aquellos momentos (2005, 2013 y 2019) permitieron que sumadas algunas porciones que aún conservaba el Estado de Chile se formara los parques nacionales Pumalín, Melimoyu, Patagonia, Cerro Castillo y Kawésqar y la ampliación de los parques nacionales existentes Hornopirén, Corcovado e Isla Magdalena.
A ese entonces la Fundación con Douglas Tompkins, aún en vida, donó más de 530.000 hectáreas. La semana que recién termina, nuevamente, el Estado de Chile, la Región de Magallanes y la comuna de Punta Arenas en esta ocasión, se ha visto en el foco, al anunciar la Fundación Re wilding, liderada por Kristine McDivitt viuda de Tompkins, la donación de 93.492 hectáreas en el área del Cabo Froward, en el último pedazo de tierra del continente americano (pudiera ser el primero también). Luego de ello, el territorio se sumerge en el estrecho de Magallanes.
La donación de la Fundación Rewilding sucesora de la Fundación Tompkins tiene como objetivo el que se cree un nuevo Parque Nacional en el área del Cabo Froward. Esta área maravillosa, de la cual hemos escrito en ocasiones anteriores, tiene una biodiversidad increíble.
A la riqueza de poseer bosques sub-antárticos con inmensas reservas y potencia regeneradora y captadora de carbono, con sus coigües magallánicos, canelos y cipreses de las Guaitecas. Reservas de turberas milenarias, riqueza en fauna con huemules y el canquén colorado. Adyacente a esta área la riqueza marina del estrecho de Magallanes, con la confluencia de las aguas y corrientes Antárticas y del Océano Pacífico y Atlántico.
Quien ha caminado desde Punta el Arbol hacia el Faro San Isidro o más al sur, ha podido apreciar la maravilla que tenemos, el privilegio de tener tan cerca de nuestras vidas esta área singular y de una riqueza en el más amplio sentido de la palabra. La posibilidad de apreciar bosques de canelos enormes, el sonido de aves de bosque y de mar casi confundiéndose. Apreciar o saber que pasan por allí, ballenas seit, jorobadas, delfines australes o de pingüinos magallánicos es parte del paisaje marino o de borde costero del sur de nuestra Península de Brunswick del cual es parte esta donación.
Por lo anterior, esta nueva donación de los filántropos y conservacionistas norteamericanos, nos da la oportunidad como Estado de Chile, de consolidar áreas únicas, singulares, ricas en biodiversidad, que recuperan enormes cantidad de toneladas de carbono por hectárea. Este potencial nuevo Parque Nacional, pone como desafío no sólo crear una zona “espejo” en el espacio marino, en una nueva área marina protegida. Esto lo ha enunciado el Presidente Boric al recibir en el Palacio de la Moneda a Kristine McDivitt para hacer el anuncio de la donación.
Sin dudas el crear áreas marinas protegidas adyacente a este nuevo Parque Nacional Froward o como se llegue a llamar es muy importante y complementario. Pero lo que sin duda pone esta donación y desafío de la Fundación Rewilding, es como el Estado de Chile crea la gobernanza y le da la “musculatura y los recursos acordes” a la Conaf como garante y resguardo de las áreas protegidas, sean estas Reservas, áreas protegidas o Parques Nacionales.
Lo hemos dicho anteriormente, de la necesidad de que la zona sur de la comuna de Punta Arenas, es decir el área de Fuerte Bulnes-San Juan, demanda hace mucho rato, la presencia de institucionalidad encargada de velar por el cuidado, protección y educación ambiental “in situ”. La necesaria materialización de una “avanzada institucional” Conaf y la gobernanza que se determine luego de un estudio y planificación estratégica del área, son tareas que se deben emprender desde la región y no esperar la inspiración divina de la capital. Brigadas forestales y guardaparques en cantidad junto con recursos tecnológicos en tiempo real, son necesarios de disponer no sólo en este nuevo potencial Parque Nacional, sino que en distintas áreas de las regiones de Aysén y Magallanes, donde se concatenan los 17 Parques Nacionales y las diversas áreas protegidas marinas existentes y que se han ido formando. Inversión del Estado de Chile acorde a la importancia y oportunidad que nos entregan estas donaciones de miles de hectáreas es el gran desafío, junto con pensar y modelar una estrategia integral de conservación y, lo más importante un modelo de desarrollo para la región y el país.