Primer año del gobierno de Gabriel Boric

Con una antesala que no cubrió las expectativas sembradas con un segundo cambio de gabinete, que más bien fue irrelevante, este sábado se cumplió el primer año de mandato del magallánico Gabriel Boric Font.

Luego de un gobierno de derecha, que cerró una gestión marcada por el llamado “estallido social” y la pandemia por el Covid, la nueva administración debió enfrentar no sólo los desafíos que implicó su instalación en La Moneda, sino que también un escenario muy complejo en materia económica, de seguridad pública e inmigración, entre otras cosas.

“Lento aprendizaje” e “improvisación” son las definiciones que más han sonado en el último año para calificar el desempeño de este gobierno, encabezado por el Mandatario más joven de la historia.

En esta línea, rescatamos las palabras de la diputada RN, Camila Flores, cuando al ser consultada por el nuevo ajuste del gabinete, opinó: “Creo que esto no pasa finalmente por los nombres, sino que aquí pasa por hacer modificaciones profundas, tratar de imponer una ideología y entender que las prioridades de los chilenos son distintas al programa de gobierno y que se necesita sentar a la mesa también a la oposición para lograr grandes acuerdos”.

En el plano local y regional, en estos 12 meses hay poco que mostrar en nuevas inversiones públicas y privadas, donde más bien han primado los proyectos de arrastre, con algunos de ellos paralizados por el alto costo que demanda su reactivación, como efecto de la pandemia.

Indudablemente no hay que desconocer que este gobierno ha sido fuertemente golpeado por los desastres de los incendios en la zona central, lo que ha obligado a cambiar su priorización en materia de destinación de recursos para impulsar la reconstrucción de los hogares devastados.

Al hacer un balance de su primer año, y a modo de desafío, el Mandatario apostó este sábado por seguir mejorando la economía, y que para eso “necesitamos distribuir de mejor manera los recursos en nuestro país”, insistiendo en que “necesitamos una reforma tributaria, estamos disponibles a conversar, extendamos las manos”.

Estamos iniciando un año que se vislumbra difícil para las economías del mundo, donde sólo basta aferrarse a una esperanza refundacional hacia un mejor gobierno.