No se recibe efectivo, sólo tarjetas
Carlos Contreras Quintana
Abogado
Curiosa la forma como avanza la vida en el ámbito comercial y las propuestas que se generan con la finalidad de mejorar la vida de las personas, su seguridad y bienestar pues, recuerdo distintas ideas que han tenido aplicación y de las cuales nunca más hemos tenido noticias como, por ejemplo, la instalación de playas en comunas, la generación de nieve para fines recreativos, diversos sistemas de seguridad ciudadana que ya se encuentran obsoletos, la obligación de usar chaleco amarillo para efectos de bajarse de un vehículo en carretera y muchas más de distinta complejidad y creatividad que han desaparecido sin cumplir el mentado objetivo de bienestar, pero que en su ejecución sirvieron para incrementar los ingresos de diversas empresas que estaban en el lugar y momento preciso.
Ahora surge una nueva idea para contribuir a la seguridad ciudadana, disminuir los asaltos o delitos contra las personas y con ello desalentar la existencia de delincuentes eventuales: eliminar el dinero circulante y establecer de manera permanente el pago de los servicios y bienes por medios digitales o electrónicos; lo anterior disminuiría considerablemente los delitos porque los delincuentes no tendrían nada que robar.
Al respecto no es posible evitar las siguientes reflexiones en relación con la verdadera utilidad de la medida propuesta:
Existiría un número indeterminado, pero alto, de personas que estarían fuera de esta posibilidad por razones técnicas, de preparación o, simplemente, por falta de recursos para funcionar en este ámbito.
No obstante lo señalado, y entendiendo que esta es una situación que dice relación con una brecha cultural que puede ser salvada, no es posible perseverar en la idea sin preguntarse (como siempre deberíamos hacerlo cuando nos proponen soluciones o beneficios que implican una acción por nuestra parte) ¿quién gana con esta idea?, y la respuesta evidente es una sola: las instituciones bancarias que obtienen ganancias de distintas formas: a) sumarán clientes que deberán adquirir el servicio de tarjeta de débito; b) cobrarán por el servicio, sea al momento de contratarlo, sea al momento de ejecutarlo en cada transacción; c) finalmente, existe una situación que es evidente y se confirma revisando los antecedentes judiciales que dan cuenta de diversas estafas que concretan evadiendo los sistemas de seguridad digital de los bancos y respecto de las cuales los bancos no dan respuesta, no reparan los perjuicios e incluso denuncian a los clientes para hacerlos responsables por las falencias de sus sistemas; la más conocida se da cuando una persona pierde sus fondos por medio de estafas telefónicas en las cuales un mismo código de verificación se utiliza para distintas operaciones y otras acciones similares. Así las cosas, la pérdida se puede disminuir en las calles, pero se incrementa en la banca.
Finalmente, así como un supuesto puede ser que los delincuentes se abstengan de robar por carecer, las personas, de dinero en efectivo, como también puede ser que se coloquen más violentos y brutales robando tarjetas y obligando a las personas a que den sus claves.
En fin, la realidad de las cosas es que no todo lo que brilla es oro y siempre hay que evaluar quién es el beneficiado materialmente con las ideas que se proponen.