El fuerte deterioro de los pavimentos
Un fuerte deterioro presentan los pavimentos de algunas vías céntricas, lo que obliga a los conductores a realizar verdaderos malabares para sortear los hoyos.
El desastroso estado de calle Waldo Seguel, algunos puntos de avenidas Bulnes, España y Colón, entre otras, no hace más que dejar al descubierto la falta de un programa de conservación de vías urbanas que en forma periódica enfrente este tipo de contingencia.
El mayor desgaste lo presentan las calles céntricas de uso de la locomoción colectiva, desde donde provienen las quejas, por ser un problema que afecta a diario a choferes, a raíz del cual sufren diversos perjuicios.
Pero la deplorable condición en que se encuentran importantes vías de la ciudad no sólo afecta a los colectiveros. Los automovilistas particulares también deben soportar que sus vehículos se dañen, además de exponerse a protagonizar un accidente de tránsito.
En este ámbito, hay que tener presente que la destrucción progresiva de los pavimentos, podría ser fruto, también, del creciente parque automotor.
Pero cabe preguntarse cómo fue posible que algunas arterias llegaran a este punto de deterioro. El argumento del descuido surge de inmediato como posible respuesta. Porque si las calles, que alguna vez presentaron un buen estado, están como están, es, simplemente, por falta de mantención, de reparaciones oportunas. Es cierto: durante los últimos años en algunos sectores, donde hoy abundan los hoyos, se ejecutaron obras de mejoramiento. Sin embargo, los hechos demuestran que no fueron de la mejor calidad.
En este escenario, en general la ciudad demanda de una atención permanente. Pero para eso se requiere una política de conservación estable en el tiempo, ajena a improvisaciones.