Están terminados 25 de los 40 contenedores donde funcionará el consultorio provisorio “18”
Se estima que durante el cuarto trimestre de este año las obras del consultorio provisorio 18 de Septiembre estén concluidas y a la espera de la respectiva autorización sanitaria, para entrar en funcionamiento, en el patio del Liceo María Behety, en Avenida Guillermo Pérez de Arce.
“Las obras avanzan conforme a lo planificado”, destacó Roxana Riquelme, subdirectora de recursos físicos del Servicio de Salud Magallanes.
Según explicó, en primer lugar se tiene como objetivo mantener las atenciones de la población usuaria del centro de salud, y el inicio de la obra propia del nuevo Cesfam el que tiene un plazo legal de 900 días corridos y que hasta la fecha, presenta un 3% de avance respecto del total del proyecto.
Este proyecto, inserto en el convenio de programación en salud, supone una inversión de $16.401.722.011 en obras civiles, monto que supera los 19 mil millones si se considera la compra de equipamiento e insumos.
Sobre los trabajos en ejecución, el avance da cuenta que 25 de los cuarenta contenedores que conformarán el consultorio provisorio ya están terminados, por lo que se espera que las obras estén terminadas durante el cuarto trimestre, para iniciar los procesos administrativos y las autorizaciones respectivas para iniciar el traslado y el inicio de las nuevas obras para el Cesfam definitivo.
El nuevo establecimiento contará con 3.294.9 metros cuadrados, en 3 niveles que consideran salas de equipos, box farmacia, sala de uso múltiple, camarines de vestuario, control centralizado, sala de bombas, bodegas, recinto de gases clínicos, grupo electrógenos, boxes de consulta, boxes de procedimiento, box de reanimación, atención dental, rayos X, rehabilitación, ginecología, toma de muestras, programas especiales, salas Ira y Era, box paciente crítico, administración, Some, farmacia, entre otros.
Es una obra largamente anhelada por la comunidad, debido a que las actuales instalaciones presentan graves problemas de infraestructura como la falta de espacio para la atención de los usuarios, cuyo problema se agrava cuando hay que separar atenciones respiratorias (como fue el caso de la pandemia), problemas de goteras y filtraciones, problemas en los servicios básicos, que los usuarios resienten con mayor fuerza en el invierno con las bajas temperaturas.