Hitos e historias en el territorio chileno antártico 1947-1948 (Parte II)
Francisco Sánchez Urra
Historiador
El pensamiento de intelectuales como el general Ramón Cañas Montalva y Luis Risopatrón, entre muchos otros, habían cimentado la ruta que, en conjunto con decisiones políticas claves, ratificaban la soberanía del territorio chileno antártico.
Es de esta manera que, a mediados de 1946, se tomaba la trascendental decisión de llevar a cabo la primera expedición antártica chilena, la cual es un hito fundamental en nuestra historia.
Esta primera expedición antártica chilena reuniría diferentes esfuerzos, los cuales tenían como principal objetivo la instalación de una base nacional en el continente blanco, además de realizar exploraciones hidrográficas, instalación de señalización marítima y el despliegue de efectivos del Ejército y Fuerza Aérea, sumado a un importante grupo de intelectuales entre ellos Eugenio Orrego Vicuña, quien con su diario de viaje publicado con el nombre “Tierra Australis”, importante cuerpo documental que nos permite al día de hoy conocer parte importante de los sucesos que involucraron este trascendente proceso.
La elección de la dotación de la primera base naval chilena, fue un proceso que involucró etapas médicas, psicológicas y de preparación de material para la construcción de la base, recayendo tal responsabilidad en el teniente primero Boris Kopaitic, quien antes de ser designado como comandante de la futura Radioestación Meteorológica y Telegráfica Soberanía, fue investido como el primer Gobernador Marítimo de la Antártica Chilena.
La organización de la flota antártica fue realizada por el capitán de navío Federico Guesalaga, investido como comodoro, asumiendo la responsabilidad de la planificación, despliegue y concretar la ambiciosa empresa nacional, utilizando el buque transporte Angamos y la fragata Iquique, para tales efectos.
A inicios de 1947 se informaba de la creación del Departamento Antártico, el cual estaría bajo la dirección del capitán de navío en retiro Enrique Cordovez, unidad que realizaría el sostenimiento logístico y coordinaciones desde Santiago de la expedición, manteniéndose independiente del Ministerio de Defensa, realizando investigaciones de todo tipo de elementos y experiencias tras el retorno de la flotilla.
A bordo del transporte Angamos se embarcó el hidroavión “Vought-Sikorsky”, con miras a realizar exploraciones avanzadas. Se esperaba en una primera instancia que fuesen tres naves, sumándose a la planificación dos aviones tipo Catalina, sin embargo las pruebas realizadas en Quintero llevaron a la decisión de no embarcar estas unidades al no cumplir con las características técnicas necesarias para desempeñarse en las duras condiciones antárticas.
Chile en el territorio antártico
El 2 de enero de 1947 la fragata Iquique recaló en bahía Almirantazgo y posteriormente el 23 de enero en isla Decepción, siendo la vanguardia de la expedición chilena a la Antártica, cumpliendo de esta manera los primeros objetivos del plan de trabajo trazado por Chile, realizando exploraciones de litoral, tarea a la que unió el buque Angamos.
Paralelamente diversas reacciones internacionales provocaba la acción chilena, manifestando Gran Bretaña el antagonismo con Chile y Argentina en las reinvindicaciones antárticas, lo cual fue analizado en sesión especial del Senado Nacional.
El 6 de febrero, en solemne ceremonia, se realizaba la fundación de la primera base chilena en el territorio antártico, en donde el comodoro Federico Guesalaga firmaba el histórico documento, en una estructura que aún se mantenía en construcción, noticia que fue transmitida a diferentes autoridades y medios de comunicación señalando “…frente a las nieves eternas del continente blanco, flamea nuestro pabellón nacional. En efecto, según radiogramas recibidos por la comandancia de la Armada se estableció el primer bastión chileno en los hielos de la Antártica”.
Fin de la primera expedición
Tras casi dos meses en el territorio antártico chileno, el buque Angamos y la fragata Iquique culminaron el 22 de marzo de 1947 la primera expedición antártica chilena.
El trabajo incesante de construcción de la base, así como de exploración y registros hidrográficos, conllevó un compromiso por parte de todos aquellos participantes en aquella primera comisión antártica, participantes diferentes intelectuales y científicos, entre los que destaca Oscar Pinochet de la Barra, Francisco Coloane Cárdenas y Eugenio Orrego Vicuña.
Entre las jornadas del 20 y 21 de marzo se realizó la construcción de la primera ayuda a la navegación, en Punta Prat en isla Roberts, la cual recibió el nombre de Faro Prat. Esta consistió en una estructura metálica con un fanal alimentado por gas acetileno, contando su luz una frecuencia de 10 segundos, escribiendo Eugenio Orrego en su diario “es una luz chilena en los mares antárticos”.
Al partir la última lancha, los miembros de la dotación formados en el muelle Soberanía entonaron el himno nacional, iniciando así el primer aislamiento por parte de miembros de la Armada en el territorio chileno antártico, manteniendo durante casi un año sólo contacto radial y telegráfico, conociendo la rigurosidad del mundo antártico y las maravillas de su naturaleza, escribiendo una historia única entre mar y soledad.
La flotilla antártica regresaría a Punta Arenas, siendo recibida con expectación por parte de la población magallánica, escuchando las primeras historias y manteniendo la mirada puesta en la segunda expedición antártica chilena para el período estival de 1947-1948, el desafío ya estaba planteado: una segunda base nacional.
Al regreso la expedición realizó un sentido homenaje en el cementerio de Punta Arenas al capitán Andressen, reconociendo a quien por primera vez izaba el pabellón nacional en el continente blanco, pabellón que desde 1947 se mantiene flameando ininterrumpidamente.