“Misión Imposible 7, Sentencia Mortal, Parte 1”
Guillermo Muñoz Mieres
Periodista
EE.UU., 2023
Director: Christopher Mac Quarrie
Protagonistas: Tom Cruise, Hayley Atwell, Esai Morales, Vanessa Kirby
Hay actores que serán recordados inevitablemente por ciertos personajes. Humphrey Bogart por Rick Bogart de “Casablanca”(1942), Leonardo di Caprio por Jack Dawson de “Titanic” (1997) y Anthony Hopkins como Hannibal Lecter de “El Silencio de Los Inocentes (1991). El caso de Tom Cruise es singular, porque para una generación será Maverick de “Top Gun” (1985), Jack Reacher (2012), el ex combatiente de Vietnam de “Nacido el 4 de julio” (1989) o el agente Ethan Hunt de “Misión Imposible” (1996) y que ya va en su séptima serie, lo que no es menor, porque si bien James Bond tiene el récord de películas sobre un mismo personaje, aquí se mantiene el rostro y actor.
En esta nueva entrega, la historia se dividirá en dos partes, un hábito de moda en Hollywood que mantiene la expectación, asegura al público para la próxima y estruja la franquicia hasta donde se pueda porque, a fin de cuentas, es un negocio y Tom Cruise como productor es amo y señor. La serie se inició con estilo en 1996 porque detrás había un director de carrera, Brian de Palma, y después le siguieron otros realizadores que le quitaron sustancia y pusieron más efectos especiales, pero sin perder lo clave, que es una saga del género acción y en su ADN debe respirar acción pura.
La historia de cada aventura a pesar de ser diferente en amenazas, es la misma en su estructura. A veces todo gira en torno a un elemento, un disquete, una pata de conejo o, como ahora, una llave dividida en dos partes, como la película, y que cuando se unen está la salvación o allí se acaba todo. La nueva amenaza es La Entidad, especie de cerebro de la Inteligencia Artificial como la Matrix o el Skynet de “Terminator” (1984), que tiene cierta conciencia de sus capacidades y sabe que, como “Pinky y Cerebro”, tarde o temprano puede dominar el mundo.
Allí aparece Gabriel, un villano elegante y claro en su objetivo que para Ethan Hunt es como el Moriarty de Sherlock Holmes o el Guasón de Batman. Y en el medio un grupo de mujeres de armas tomar que no saben “con qué chichita se están curando” porque el mito dice que quien acompaña o ayuda a Hunt puede terminar en el “patio de los callados”.
En este capítulo, Ethan Hunt es un renegado del servicio de inteligencia, no pide permiso oficial para actuar, tiene licencia para matar y visa de turista global porque de Amsterdam llega hasta Venecia y de allí a los Alpes Austriacos. A Tom Cruise, como rostro y productor, le interesa mostrar que está “forever young” y por eso la cámara no lo corta cuando corre, pelea cuerpo a cuerpo y cruza cumbres en moto, porque además hay otro mito que se promueve como marketing de circo, no usa dobles y sus saltos al vacío son reales, pero también lo digital hace lo suyo porque él es el producto y si algo le pasa se acaba la industria y muchos se quedan sin pan ni trabajo.
Lo más interesante de esta entrega es cierto aire de comedia, su infrenable malabarismo visual, persecuciones en automóvil y una secuencia final delirante a bordo de un ferrocarril que marcha veloz y descontrolado mientras al interior se maneja la intriga con falsas identidades, una llave que pasa de bolsillo a bolsillo y peleas con descarrilamiento incluido que recuerdan al primer capítulo de la saga y también al mejor cine de Buster Keaton y su “Maquinista de la General” (1926).
“Misión Imposible, Sentencia Final Parte 1” es de pocas ideas novedosas, porque su pureza es la acción imparable. Aborda la paranoia científica sobre la Inteligencia Artificial y cierra el capítulo con un mensaje claro: A Ethan Hunt no lo detiene el cielo, tierra ni el mar. Menos a Tom Cruise, hoy en día amo y señor de Hollywood, que a sus 61 años deja en claro que no está dispuesto a envejecer. Y este mensaje es misión imposible que se autodestruya en 5 segundos.
