Abuso del teletrabajo
Trabajo a distancia o teletrabajo es aquel en que el trabajador presta sus servicios, total o parcialmente, desde su domicilio u otro lugar distinto al de su oficina estatal o de la empresa privada.
En Chile, la ley Nº21.220 regula esta modalidad y sus variantes, la cual fue actualizada por última vez el 15 de mayo de 2020. Igualmente, se establece, en un texto refundido, las modificaciones correspondientes en el Código del
Trabajo.
Ciertamente, esta modalidad comenzó a cobrar gran fuerza a raíz de la pandemia y las medidas de restricción de desplazamiento y aforo en las distintas dependencias.
Esto implicó para muchos reevaluar su vida y buscar conciliar mejor el tiempo que dedican a laborar versus el que destinan a sus familias y/o disfrute personal.
La crisis sanitaria, sin duda, aceleró la incursión en Chile del teletrabajo, pero, lejos de lo que se proyectó, la tendencia nacional es a volver a la presencialidad.
Hoy, sólo el 5% de los asalariados están trabajando a distancia.
Sin desconocer que toda persona tiene derecho a proyectar su existencia estableciendo sus prioridades y tratar de asumirlas de la forma que le sea más beneficiosa, lo cierto es que en casos donde los contratos de trabajo están pensados para cumplir funciones laborales que demandan la presencialidad ya resulta incomprensible que, so pretexto de la pandemia -ya superada- y de la alerta sanitaria que expira el 31 de agosto, se siga abusando del trabajo remoto.
Demasiado lento fue el retorno a las oficinas de funcionarios municipales y empleados públicos, por ejemplo, lo cual ha afectado en varios casos a quienes necesitan atenciones de salud, realizar trámites y postulaciones a vivienda, gestionar pensiones, constituir agrupaciones comunales, acceder a distintos beneficios municipales, obtener certificados, entre otros.
En días pasados, también resultó incomprensible que, por una nevazón de sólo 13 centímetros, se haya
instruido a funcionarios de gran parte de las oficinas ligadas a los servicios públicos quedarse en sus casas y realizar trabajo remoto.
Incomprensible, pues, desde la madrugada, las cuadrillas municipales estaban operando para despejar calles y dejar las vías principales aptas para el transporte público mayor, los colectivos, taxis y vehículos particulares.
La pregunta es: ¿Qué pasaría si volvieran los inviernos de antaño con nevazones de varios días seguidos? ¿Todos los funcionarios públicos de Magallanes deberían quedarse en sus casas?
Nuevamente, estamos con una colisión de derechos, pues hay muchos ciudadanos que todos los días salen a trabajar, ya sea con nieve, viento o lluvia, y otros que necesitan realizar trámites y gestionar servicios y ayudas y no encuentran nadie que los atienda en forma oportuna.