Magda Ruiz: “Cuando nosotras dimos nuestros testimonios, nunca se nos planteó que esto iba a ser acallado por 50 años”
Desde el Congreso Nacional, el ministro de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), Alvaro Elizalde, y el ministro de Justicia, Luis Cordero, encabezaron la presentación de una segunda batería de medidas en materia de derechos humanos que buscan instaurarse como un segundo hito, luego del lanzamiento del Plan Nacional de Búsqueda, en el marco de los 50 años del golpe de Estado.
Dentro de estas propuestas, buscan levantar el secreto de los testimonios de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, realizado el año 2003, conocido como Comisión Valech. Bajo consentimiento de las víctimas, a modo de que dejen manifiesta su voluntad de que los testimonios pasen a ser públicos, se buscaría concretar la medida.
Desde la mirada regional de la Agrupación de Mujeres Presas políticas de Magallanes 73’-74’, entregaron su visión respecto de esta propuesta gubernamental. “Primero, quiero decir que, cuando nosotras dimos nuestros testimonios, nunca se nos planteó que esto iba a ser acallado por 50 años, fue una gran sorpresa cuando nos encontramos con esa realidad. Para quienes, por ejemplo en el caso mío junto a otras compañeras, eso nos perjudicó porque muchos de esos testimonios podían haber sido usados en nuestro proceso, en nuestra querella. Entonces, tener que hacer todo un trámite para poder liberar esas declaraciones, la verdad considero que no corresponde, fue algo arbitrario que hizo el gobierno en ese momento. Yo estoy en total acuerdo de que eso debe ser liberado”, relata Magda Ruiz, una de las representantes de la agrupación.
En esa línea, Ruiz continúa señalando que “muchos de esos testimonios pueden estar concatenados con situaciones que afectan a compañeros que en estos momentos pueden estar desaparecidos. No sabemos. Muchos de esos testimonios pueden tener relación, pueden dar cuenta de nombres de perpetradores que desconocemos. Creo que es una de las grandes razones por la que se negoció este secreto de los 50 años, esperar que los perpetradores, torturadores y civiles involucrados estuvieran viejos, murieran o no pudieran ser juzgados por viejos”.
Coincidiendo con su compañera de agrupación, Rosa María Lizama, sostuvo que la medida “permitirá unir distintos cabos que aún permanecen sueltos y puede ser un aporte a las políticas actuales que implican encontrar a los
desaparecidos. Porque tienen que haber relatos ahí que son importantes. Y bueno, a los 50 años… si ya llevamos 50 años, qué vamos a esperar 10 años más”.
“El informe Valech debe ser conocido por quienes les compete, por lo menos la justicia tiene que tener esos antecedentes. Nosotras no tenemos problema para que eso se abra, porque ya está todo dicho”, concluye Lizama.