Defensores de DD.HH. y el G77: “Es la cumbre de la inmoralidad”
En diálogo con Infobae, Javier Larrondo, presidente de la ONG Prisoners Defenders, y la activista Rosa María Payá manifestaron su preocupación por el foro que se desarrolla en La Habana, del que participan gobiernos democráticos y dictatoriales
Este viernes comenzó en La Habana la Cumbre del “G77+China”, el mayor foro de concertación y diálogo en el marco de la Organización de las Naciones Unidas (Onu), que agrupa a toda América Latina y el Caribe -excepto México-, Africa, Oriente Medio y gran parte de Asia, sin Rusia.
Conformado por 134 países, que suponen el 80% de la población mundial, el evento del grupo se desarrolla en el Palacio de las Convenciones de capital cubana bajo el lema: “Retos actuales del desarrollo: papel de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación”.
De la cita participan altos representantes de dictaduras y regímenes autoritarios aliados de Cuba, como por ejemplo el venezolano Nicolás Maduro y el nicaragüense Daniel Ortega. Pero también hacen su presencia mandatarios de naciones democráticas, como el presidente argentino, Alberto Fernández; el brasileño, Lula da Silva; y el colombiano, Gustavo Petro, entre otros.
Esto generó el repudio de gran parte de la comunidad internacional, que observa cómo un país que viola los derechos humanos de sus ciudadanos organiza este tipo de reuniones diplomáticas con mandatarios de distintas partes del mundo.
En diálogo con Infobae, Javier Larrondo, presidente de la ONG Prisoners Defenders, explicó que “el G77 es el grupo de países en el que, por el papel dado por la Unión Soviética a Cuba durante decenas de años, Cuba ha desarrollado una mayor capacidad de influencia y gran parte de su poder diplomático”.
“Que el grupo celebre la reunión en Cuba no es sino síntoma de lo blanqueada que está la dictadura cubana y otras en dicho foro”, analizó.
Preguntado sobre qué considera de los mandatarios de países democráticos que se prestaron a la invitación, sostuvo: “Cometen un grave error al no discernir sus relaciones basadas en el respeto a los derechos humanos, pero me temo nadie se atreve a dar el primer paso en ese sentido. Además, la dinámica de la que venimos no ayuda, pues se han blanqueado multitud de situaciones de violaciones de derechos humanos muy graves en muchos países por parte de los más importantes actores, y durante años”.
Por su parte, la activista Rosa María Payá, hija del disidente cubano asesinado por la dictadura Oswaldo Payá, comentó a Infobae: “La dictadura no tiene diplomáticos, sólo agentes de inteligencia; y la tolerancia que Naciones Unidas le ha ofrecido por décadas provoca absurdos como esta cumbre de la inmoralidad en La Habana una semana antes de la Asamblea General”.