“Estamos dispuestos a colaborar en todo lo que podamos para la sanación de las heridas de nuestro país”

Como cada año por Fiestas Patrias, previo a la Parada Militar realizada en la Plaza de Armas, en la Iglesia Catedral de Punta Arenas se realizó el Te Deum Ecuménico por estas festividades. “Las iglesias cristianas nos reunimos para orar por nuestra patria, sus autoridades y todo nuestro pueblo de Chile”, comenzó el obispo Oscar Blanco, de la diócesis de Punta Arenas.

Similar los dichos del arzobispo Celestino Aós en Santiago, quien pidió entregar información para hallar a detenidos desaparecidos, el obispo dedicó un espacio para reflexionar sobre la conmemoración de los 50 años por el golpe de Estado. “La historia de Chile es un libro tan accidentado como su biografía”, comenzó Blanco Martínez.

“Recientemente, hemos hecho memoria de los tristes y dolorosos acontecimientos que precedieron, acompañaron y sucedieron al 11 de septiembre de 1973, cuando los caminos de la intolerancia y la violencia se impusieron sobre el diálogo y la convivencia democrática, desencadenándose un espiral de violencia y abusos de los derechos humanos que de ninguna manera tienen justificación”, sostuvo.

Prosiguió sosteniendo que “todo lo que suscita esta conmemoración nos muestra que el alma de Chile lleva una herida que sigue sangrando. Una herida que afecta nuestra convivencia y nuestro futuro. Estamos llamados a hacernos cargo de un pasado doloroso, para no permanecer anclados en él”.

En ese sentido, destacó el Plan Nacional de Búsqueda “para encarar las circunstancias de desaparición de las personas cuyos restos aún no se han encontrado ni esclarecidas las circunstancias de desaparición o muerte, es un paso necesario en estos procesos de justicia, verdad y reparación”. Agregó que “como Iglesia, en nuestro compromiso con los derechos humanos, estamos dispuestos a colaborar en todo lo que podamos para la sanación de las heridas de nuestro país”.