Despido de 13 académicos podría afectar proceso de acreditación de la Umag

• Considerando que todos tienen grados de magíster o doctorados y sus currículos e investigaciones sumaron puntos en el proceso que actualmente cursa la principal casa estudios superiores de Magallanes, la pregunta que recorre los pasillos es si la institución podrá cumplir con los compromisos asumidos en la Comisión Nacional de Acreditación, CNA, y en su propio proyecto institucional.

Dos imágenes capturan el cambio de tono en la principal institución de educación superior en Magallanes. La primera muestra a un grupo cohesionado de docentes, estudiantes y funcionarios valorando el proceso de acreditación universitaria, un hito que respalda la calidad educativa proporcionada por la Umag, evaluada en diversos aspectos. En la otra instantánea, el ambiente está impregnado de miedo e inseguridad, con pancartas de protesta, anticipando la posibilidad de un paro. Este giro en el clima se produjo en cuestión de días. ¿Qué sucedió?

Unas semanas después de la visita de la Comisión Evaluadora de Acreditación a la universidad, se desencadenó un hecho inédito: 13 académicos, cuya contribución se evidenciaba en sus títulos de magíster y doctorado, así como en el fruto de sus investigaciones, fueron despedidos de manera abrupta el 2 de noviembre mediante un correo formal y conciso, tipo plantilla.

El texto, sellado con la firma del actual rector José Maripani, rompió con una tradición que ni siquiera el rector designado por la dictadura, Yerko Torrejón, había llevado a cabo, según destaca Juan Marcos Henríquez, presidente de la Asociación Regional de Académicos de la Universidad de Magallanes. Henríquez señala que entre los académicos despedidos se encuentran algunos con 10, 15 e incluso más de 20 años de servicio, un orgullo que el propio rector aplaudía en el informe de autoevaluación entregado a la Comisión Nacional de Acreditación.

En dicho informe, Maripani destacó la importancia de la acreditación previa y enfatizó que la universidad estaba demostrando una experiencia y desarrollo de una cultura de calidad. Sin embargo, la inesperada decisión de despedir a estos académicos, que formaban parte del cuerpo docente alabado en el informe, plantea preguntas sobre la coherencia entre las palabras y las acciones.

“Estamos dentro del grupo de universidades que acreditó Investigación y sabemos que, en Chile, no son muchas las universidades acreditadas en Investigación. De las 58 que hay, aproximadamente 23 o 24 estamos acreditadas en Investigación y de las universidades estatales un número cercano a 10 de 18”, destacó el rector de la Umag, José Maripani Maripani, enfatizando: “(En esta fase), estamos dando cuenta que nuestra universidad tiene experiencia y está desarrollando una cultura de la calidad, la que queremos ratificar frente a la CNA demostrando que mantiene esos niveles de al interior de sus aulas y su gestión”.

Expertos consultados en procesos de acreditación institucional señalan que estos despidos no sólo generan incertidumbre, sino que también plantean dudas adicionales. “Sería interesante saber si la Umag informó este hecho a la CNA, ya que los despidos podrían tener un impacto no sólo en la docencia, sino también en la investigación, la creación y la innovación, aspectos cruciales para la acreditación y el prestigio académico de la institución”.

Por otro lado, las instituciones tienen la obligación de informar hechos relevantes en relación con los informes de autoevaluación presentados. Según el último comunicado de la Asociación Regional de Académicos de la Umag, el equipo directivo ha ignorado los propios estatutos universitarios, el estatuto administrativo y el derecho administrativo al enviar informes de acreditación. En estos informes, han destacado la participación de académicos ahora desvinculados, cuestionando la validez de las acreditaciones obtenidas en programas de pregrado y postgrado.

El despido afecta al 10% de los profesores a contrata de la universidad, generando un temor sin precedentes entre los docentes. Juan Marcos Henríquez declara que algunos académicos le expresan su miedo de convertirse en los próximos afectados cuando se topa en los pasillos. Más considerando que no hubo evaluación de las jefaturas directas en los despidos.

Mientras tanto, estudiantes han manifestado en redes sociales su preocupación, y cursos enteros han entregado cartas de apoyo a los docentes afectados. Un ejemplo de ello es la carta dirigida a la profesora de lingüística Margarita Makuc Sierralta, donde se expresa la tristeza por su despido y se destaca su prestigio y dedicación a lo largo de los años en la carrera de Pedagogía en Castellano.

En contraste, los argumentos proporcionados por el vicerrector de administración y finanzas, Fredy Cabezas a los medios de comunicación locales indicó que de los 13 despedidos a cinco se le ofrecerían nuevas condiciones contractuales. Sin embargo, el tema que más preocupa es la supuesta falta de recursos de la institución, argumento que no concuerda con los informes de transparencia económica que revelan aumentos de sueldos directivos y mejoras en diversos aspectos (ver imagen). Estas discrepancias plantean interrogantes adicionales sobre la situación financiera y la toma de decisiones de la universidad.  

De momento el fuego cruzado continúa y la incertidumbre se cierne sobre la Umag a través de una carta el rector declinó reunirse con los académicos y la asociación que los representa, cerrando el espacio a uno de los verbos que más se repite en el informe de autoevaluación entregado a la CNA: “PARTICIPACIÓN”.

Respuesta de la Umag

“No están asociadas (las desvinculaciones)
con la evaluación que se realiza en el
marco de la acreditación institucional” 

Desde  la Universidad de Magallanes descartan que se pueda ver afectado el proceso de Acreditación Institucional ante la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), ya que éste tiene como principio fundamental la autonomía institucional. Su foco está en la evaluación del cumplimiento de los criterios de acreditación vigentes, lo que se traduce en la existencia de mecanismos de aseguramiento de la calidad que promuevan la mejora continua y la sustentabilidad institucional.

En este contexto, las decisiones adoptadas por la autoridad y que se rigen por las políticas institucionales vigentes, como lo es, por ejemplo, el Estatuto Universitario de cualquier universidad del Estado, son parte de su funcionamiento regular y representan la autonomía institucional. Es decir, no están asociadas de manera directa con la evaluación que se realiza en el marco de la acreditación institucional. 

Es importante destacar, además, que el periodo evaluado en el marco de este proceso son los últimos cinco años anteriores al año en curso (2018-2022), por lo que la situación en discusión y sus circunstancias están asociadas o en tensión con el proceso de acreditación de la Universidad de Magallanes.