“Tenemos en control 300 pacientes en terminalidad, y de esos un 10% pide una sedación paliativa”
La sedación paliativa corresponde a la administración de fármacos, en las dosis y combinaciones requeridas, para reducir la conciencia de un paciente con enfermedad avanzada o terminal, para aliviar adecuadamente uno o más de los síntomas. Esto se encuentra legislado en la ley que consagra los cuidados paliativos y los derechos de las personas con enfermedades terminales o graves.
El doctor Ramón Lobos Vázquez, médico jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos Oncológicos del Hospital Clínico, destacó que la sedación paliativa está descrita como una de las prestaciones que se brindan en los cuidados paliativos oncológicos y no oncológicos, que tienen que ver con el manejo fundamentalmente en las etapas avanzadas de la enfermedad, en que ya no hay un criterio curativo sino que más bien un criterio paliativo, que busca aliviar los síntomas que puedan ocurrir en esa etapa de la enfermedad.
“Cuando la persona está en la etapa más avanzada de la enfermedad, donde el dolor es importante, se produce lo que se denomina sedación paliativa, que es disminuir el nivel de conciencia y el nivel de dolor que la persona pueda tener. Esto es con fármacos, habitualmente morfina o derivados que permitan en dosis programadas y continuas producir esta disminución de la capacidad de percibir dolor o percibir molestias en torno a su enfermedad terminal”, señaló el médico, quien da cuenta de la diferencia que existe con la eutanasia.
Y es que se trata de dos situaciones diferentes, la intención de la sedación es aliviar el dolor de una persona, que tiene una enfermedad terminal, se usan dosis proporcionales al alivio para inducir una disminución de la conciencia, un sueño, pero no acelera la enfermedad y tampoco produce la muerte.
Se puede realizar en el domicilio del paciente y busca entregar calidad de vida en los últimos momentos de vida de un enfermo terminal.
– ¿Es decisión del paciente o también lo puede solicitar la familia?
– “Sí, es importante que lo decida el paciente, porque nosotros buscamos la autonomía y es uno de los principios de la atención a los pacientes en cuidados paliativos, que ellos decidan qué es lo que quieren para su etapa que van viviendo. Ahora, en pacientes que están más complejizados porque tienen otras patologías, la decisión a veces la toma la familia porque no está en condiciones el paciente de tomarla”.
– ¿Cualquiera puede acceder a la sedación paliativa?
– “En estos momentos, era una prestación que se entregaba asociada a los cuidados paliativos oncológicos. Actualmente, como existen los cuidados paliativos no oncológicos, también pueden acceder los pacientes que tienen otras patologías de tipo crónico, diabetes, hipertensión, accidentes vasculares, en los cuales están llegando al final de vida y también pueden, a partir de la ley que partió en marzo de este año, acceder a esta sedación paliativa que les permite aliviar esta etapa tan dolorosa y tan conflictiva que es como es el final de la vida”.
– ¿Aquí en el hospital se ha aplicado?
– “Sí, nosotros como cuidados paliativos lo venimos haciendo hace mucho tiempo, desde un principio fundamentalmente, pero es una situación que se vive y se conversa con las familias y sí hay pacientes que lo manifiestan incluso antes, como decisión anticipada”.
“Nosotros tenemos en control más o menos 300 pacientes en terminalidad, y de esos, un 10% pide una sedación paliativa. Además en el manejo del dolor, cuando ya nosotros llegamos a usar la morfina y sus derivados opiáceos, normalmente tiende a haber una sedación también. Entonces, aunque no lo haya pedido el paciente, también hay un nivel de dolor y de conciencia bastante menor, que es uno de los objetivos de nuestros pacientes que están acá en la unidad de cuidados preventivos. La idea es que fallezcan con un dolor de la escala de 1 al 10, de 3 hacia abajo. Eso es muy muy importante para nosotros”.