Reclusos que provocaron motín y arrojaron agua hervida a gendarmes enfrentarán querellas
“Repudiamos tajantemente las agresiones físicas y verbales en contra de nuestro personal penitenciario”, dijo el presidente regional de la Asociación Nacional de Suboficiales y Gendarmes (Ansog) Wladimir Haro Caicompay.
Esto, a raíz del “motín” que hace unos días provocaron internos de la cárcel de Punta Arenas, donde algunos gendarmes fueron agredidos.
Respecto a sus colegas, el dirigente señaló que “diariamente realizan su trabajo de forma profesional, velando siempre por la buena marcha de la unidad penal y de los privados de libertad”.
Asimismo destacó el rápido actuar del personal de servicio el día 24 de noviembre, que pudo mantener el control del establecimiento penitenciario.
“Lamentamos que estos actos violentos vengan de internos imputados reincidentes, que han cometido múltiples faltas al régimen penitenciario, son refractarios al sistema y líderes negativos, que han pasado por diferentes unidades penales del país”.
Como dirigente se comprometió a realizar un seguimiento activo de las querellas criminales que la dirección regional de Gendarmería anunció que interpondrá en los tribunales, por maltrato de obra a Gendarmería
Motín
De acuerdo a los registros y antecedentes conocidos, aparecen vinculados al violento incidente Kevin Sánchez Vergara, imputado por el delito de porte de arma cortante o punzante y tráfico ilícito de drogas; Jonathan Romero imputado por hurto simple y robo; José Orellana Cortés, imputado por robo con violencia y Sebastián Fernández Chaval, imputado por robo en lugar habitado.
Ese día, alrededor de las siete de la tarde, funcionarios de turno que realizaban una ronda preventiva escucharon golpes reiterados en la pared en el sector del módulo C-1. Luego, ya en el tercer nivel, sorprendieron a Kevin Sánchez en una de las celdas hablando por celular.
Y a Jonathan Romero lo sorprendieron golpeando con un fierro, tipo cincel artesanal, el costado del lavamanos que conecta directamente al shaff (ducto), intentando hacer un forado en la pared.
Frente a esta escena los gendarmes pidieron ayuda vía radial.
Al pedirles que se detengan, Sánchez Vergara respondió agrediendo a uno de los custodios y oponiéndose al procedimiento. Una vez que lograron controlarlo los amenazó, señalando que los mataría cuando los encuentre en la calle.
En esos momentos otro de los internos, Romero Carvajal, se abalanzó sobre un gendarme para agredirlo.
Pero cuando la situación estaba ya casi controlada, otro interno, de la celda N°21, José Orellana, empezó a gritar incitando al desorden colectivo de sus compañeros. Además le lanzó agua caliente a un gendarme.
Asimismo, Sebastián Fernández comenzó a motivar a los demás a seguir con el desorden colectivo. Golpeaban las puertas de la celda y lanzaban objetos contundentes y agua caliente a los custodios, amenazándolos de muerte.
Refuerzos
Debieron activarse los protocolos antimotines y desalojaron a todos los habitantes del módulo C-1. Esto permitió practicar un allanamiento donde encontraron fierros de aproximadamente 20 centímetros y un trozo de cemento producto del muro que alcanzaron a romper.
Uno de los funcionarios lesionados fue trasladado al Hospital de las Fuerzas Armadas.