“Todo en la Antártica es un gran desafío”
- – Con un claro propósito ambientalista, la pareja relató su experiencia, tras viajar desde el Polo Norte al Polo Sur en un auto eléctrico.
Julie y Chris Ramsey, provenientes de Escocia, concluyeron una hazaña planificada por más de seis años y que, a su vez, les implicó un recorrido de más de 27 mil kilómetros: recorrer de polo norte a sur en un auto eléctrico. Viajaron inicialmente hasta el Reino Unido para tomar su vehículo, luego a Islandia para realizarle modificaciones a la máquina y embarcarse hasta Canadá. La expedición oficial partió en este último país, en el Polo Norte Magnético.
“Nadie va hasta allá, sólo osos polares”, comenta Julie entre risas. “Luego viajamos por la vida silvestre de Canadá”, complementó Chris. Es la primera conversación que tienen con medios para difundir esta expedición desde su vuelta a la Antártica, donde concluyeron la última fase de este viaje que tiene por objetivo visibilizar la preocupación por el cambio climático y el rol que los vehículos eléctricos tienen para reducir las huellas de carbono.
En la Antártica, recorrieron más de 1.200 kilómetros desde las bases iniciales hasta el Polo Sur. “Con el frío es muy difícil lidiar. Cuando hace frío es realmente muy helado y cuando arrecia el viento es aún más. Los dedos se te hielan, los pies y la cara, igual. Es difícil ajustarse a ese ambiente”, relata Julie sobre su paso por el continente blanco. “Imagina el viento de Punta Arenas, pero a -20 a -29 grados, cuando tratas de armar un campamento o hacer cualquier cosa y te quitas los guantes en cosa de segundos tus manos se congelan”, agrega Chris. Si no tienes cuidado, puedes tener graves heridas o accidentes”, explican entre ambos.
“Cuando manejas también estás constantemente concentrada. No es como un viaje relajado, estás en todo momento atento por donde vas, los porcentajes de batería. Mucha concentración, lo que lo hace agotador. No fue fácil. También cuando estuvimos en altura, una vez que empezamos por los 700 metros y llegamos hasta los 2.800 también fue desafiante, porque hay menos oxígeno, te cansas más rápido, las cosas requieren más tiempo de hacerse”, explica Julie Ramsey. “En realidad, todo lo de la Antártica fue un gran desafío”, sincera Chris con humor.
Su motivación principal es mostrar las capacidades de los vehículos eléctricos en diversos territorios, distancias que pueden abarcar y derribar mitos en torno a este tipo de transporte. “Nos gustaría ver una mayor transición hacia estos vehículos”, señala Julie. “Parte de esta expedición también, mientras viajábamos por Centro y Sudamérica, trabajamos con Enel X Way para instalar cargadores a lo largo del camino. Ahora hay cargadores por prácticamente toda Sudamérica y significa que cualquiera que tenga un auto eléctrico en Sudamérica lo podrá cargar a lo largo de los distintos países”, agrega Chris Ramsey.
Al tratarse de una expedición pionera, se transforman, a su vez, en una prueba fehaciente para inspirar a más personas de avanzar en esta transición energética en sus vehículos. “Este es el principio y así más personas podrán pensar en cambiar a vehículos eléctricos incluso en la Antártica. Todo allá es a petróleo y diésel, lo que es entendible. Pero la tecnología ahora está lista para, al menos, intentar esta transición de a poco. Creo que es posible”, puntualiza Julie Ramsey.