Poderoso sindicato argentino realizó paro en el mayor desafío hasta el momento para Milei
El sindicato más grande de Argentina inició una huelga de 12 horas ayer miércoles y una gran manifestación en el corazón de Buenos Aires contra las duras medidas de austeridad económica y las reformas del nuevo presidente libertario Javier Milei.
La acción, que afectó a sectores desde el transporte hasta los bancos, fue la mayor muestra de oposición a los planes de Milei de recortes de gastos y privatizaciones desde que asumió el cargo el mes pasado prometiendo arreglar una economía que se tambalea por una inflación del 211% y una deuda paralizante.
La huelga, coordinada por el poderoso sindicato Confederación General del Trabajo (CGT), se produjo en medio de un gran escrutinio sobre los dos principales impulsos reformistas de Milei: su proyecto de ley “ómnibus” que se encuentra en el Congreso y un “megadecreto” que desregula la economía.
La CGT ya había recurrido a la justicia para suspender temporalmente algunas medidas relacionadas con el trabajo en el decreto de Milei.
La huelga comenzó oficialmente al mediodía de ayer, pero ya estaba afectando al transporte, los bancos, los hospitales y los servicios públicos. Las aerolíneas locales se vieron obligadas a cancelar cientos de vuelos.
Milei, un economista y excomentarista de televisión que logró una sorprendente victoria electoral el año pasado, está equilibrando la estabilización de la economía del país sudamericano y la reducción de un profundo déficit fiscal con una dolorosa crisis del costo de vida y una pobreza que supera el 40%.
“Milei quiere un país donde la pobreza y el trabajo informal alcancen el 90%”, dijo el sindicalista y diputado nacional opositor Hugo Yasky a la emisora local Radio Con Vos.
“Ahora no hay creación de empleo, lo que hay ahora es miseria generalizada, desesperación de la gente, no hay medidas para mitigar el daño que están causando”.
El gobierno de Milei dice que las medidas de austeridad son necesarias después de años de gasto excesivo que han dejado a Argentina con enormes deudas con acreedores locales e internacionales, incluido un inestable acuerdo de 44.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
FUENTE: La Tercera
