El sentido homenaje de los nietos del diácono Carlos Oyarzún Seguic fallecido a los 88 años
En la iglesia Catedral son velados los restos del diácono Carlos Oyarzún Seguic, fallecido a los 88 años de edad. Sus funerales se efectuarán hoy previo a una misa a realizarse a las 13 horas en dicho templo, para luego el cortejo dirigirse al Cementerio Municipal, donde tendrán lugar sus exequias.
Sus nietos hicieron llegar a este diario una sentida carta donde recuerdan y despiden a su “Tata Carlos”, la que a continuación reproducimos:
“Con profundo pesar y nostalgia, mas no angustia, nuestra familia enfrenta la partida de nuestro querido abuelo, padre y esposo; un religioso comprometido con la Iglesia Católica regional. Quien si bien siempre fue muy recatado al respecto, en su momento debió enfrentar las complejas situaciones que vivió nuestro territorio (en todas sus escalas) durante las décadas más violentas de nuestra historia reciente.
Quisiéramos compartirle algunos de nuestros recuerdos con el “Tata Carlos”, una persona alegre, siempre con temática de contingencia en la retina, quien nunca se quejó para jugar y regalonear con nosotros, recuerdos de saltos y abrazos que llevamos en el corazón y no olvidaremos, porque marcan parte del desarrollo vital.
Siempre recordaremos sus historias de juventud en Don Bosco y sus experiencias con monseñor Goic, como las salidas a Torres del Paine y Laguna Amarga con las pastorales que realizaban caminando o a caballo.
Un estudioso de la religión y de la contingencia actual. Quien si bien tenía su ánimo cambiante y regodeón, solía inventarnos historias y escenarios. Ponía voces y usaba palabras en otros idiomas para sus historias. Si bien nuestras adolescencias y su vejez chocaban en las interpretaciones de la realidad, nunca nos quitó el saludo o la recepción en casa.
Agradecemos el habernos formado y crecido a su lado. Aprendiendo del Punta Arenas de los 40´s y 50´s. Sus historias de infancia cuando usaban latas, ollas y hondas para “jugar” entre los sectores del Cerro de la Cruz y el río de las Minas.
Solíamos hablar de fútbol, política y religión, temas para muchos prohibidos, pero nuestro interés era mayor, aunque se calentaran los ánimos.
Tenemos recuerdos muy vívidos de la incorporación de las tecnologías a su trabajo. Primero con los recuerdos de su computador que funcionaba a “casete” (que parecían VHS) pero luego con el Windows y para qué hablar de Internet.
Preguntaba, “cachureaba” y teníamos sesiones extensas en donde comprendimos parte de las brechas generacionales en educación y acceso a la información. Tenía manuales hechos por sí mismo para realizar operaciones en el computador. Operatividad que entenderá tenía alta complejidad debido a las cada vez más recurrentes actualizaciones y cambios de diseño.
Sin embargo seguía con el ímpetu de escribir e imprimir sus homilías; guardar y reproducir “música del recuerdo”, instalar bibliotecas enciclopédicas y de la propia iglesia, acceder a las noticias de Chile y el mundo.
Nunca dejó de leer el diario La Prensa Austral comentando las cartas al Director, las columnas y editoriales. Por lo mismo y en su recuerdo les dedicamos estas palabras que pueden ser comunes, pero que significan profundos sentimientos de recuerdo y que sientan cada día las bases para ser una mejor persona, colaborar en la sociedad que nos rodea y comprender los saltos culturales que existen entre generaciones.
No queremos perder la oportunidad de destacar a la “Abuelita Maggy”, abnegada y desvivida compañera que hasta sus últimos días realizó todos los esfuerzos para brindarle un mejor vivir.
Agradecemos todas las muestras de cariño que diversas personas de nuestra comunidad han presentado a la familia. Gestos que valoramos profundamente.
Destacamos su labor y entrega, hasta siempre Tata Carlos, ten la certeza que vivirás para siempre en nuestros corazones.
Atentamente Miguel, Nicolás y Camilo Troncoso Oyarzún”.