Necrológicas
Mario Sepúlveda Bühring de Patagonia Marítima

“Falta de parte del Estado la infraestructura portuaria adecuada e innovación para que disminuyan los tiempos de traslado y operen naves de mayor calado”

Domingo 18 de Febrero del 2024

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– Arquitecto naval propone una reingeniería del sistema portuario en Magallanes, la que permitiría, por ejemplo, reducir hasta en 12 ó 24 horas el trayecto marítimo entre Puerto Natales y una zona cercana a Puerto Yungay.

 

 

Infraestructura portuaria más adecuada, naves de mayor calado con tecnología innovadora que permitan acortar considerablemente los tiempos de traslado y abaratar costos y el uso de e-combustibles, como los que se proyecta producir en Magallanes, son los elementos clave de la propuesta que expone el arquitecto naval Mario Sepúlveda Bühring para modernizar y solucionar parte de los problemas que presenta hoy el sistema regional de puertos.

Al analizar las distintas falencias, Sepúlveda plantea francamente: “Pareciera que ha faltado lo que hoy está de moda: innovación. Pero también conocimientos de las tecnologías que hace más de 50 años se aplican especialmente en Europa del norte”.

Para él, en suma, “falta de parte de nuestro Estado la infraestructura adecuada y gobernanza para que operen esas naves de mayor calado y diseño diferente propulsadas por hidrógeno verde nacional y velas rígidas para aprovechar el viento constante en la región, pero, principalmente, una visión más amplia de nuestra sociedad, de lo que es el uso del mar y el turismo internacional sustentable en nuestro país. No sólo en la Patagonia, también en Tierra del Fuego e isla Navarino”.

El arquitecto naval es miembro de Patagonia Marítima, instancia que ha colaborado con los gobiernos realizando estudios, en los cuales se hace ver que se requiere reforzar la conectividad bimodal, a través de un proyecto integral que permita asegurar una conexión por tierra y mar a través del territorio nacional.

Para él, las falencias del sistema portuario regional, que han quedado más expuestas a la hora de enfrentarlas con las demandas de la industria del hidrógeno verde y también con las propias exigencias de la salmonicultura, el turismo de cruceros y la logística antártica, pueden tener respuesta en el uso de tecnología adecuada y ferris más modernos, rápidos y seguros.

Un viaje de 24 horas

Entre los ejemplos que coloca, está el trayecto Puerto Natales-Puerto Yungay. Actualmente la empresa naviera que ofrece el servicio usa un ferri que demora unas 42 horas, pero que, si se agrega el tiempo de espera entre el abordaje y desembarco, puede llegar hasta 60 horas.

“Pero, con la tecnología de hoy, ese viaje puede demorar sólo 24 horas a una velocidad de 17 u 18 nudos e, incluso, 12 horas si pensamos en un trayecto en catamarán que viaje a 40 nudos”, explica. Para ello, acota que se tiene que cruzar Angostura Inglesa de noche. “Esto perfectamente se puede hacer y se debería conversar con la Armada”, indicó.

Plantea que para ello sólo bastaría informarse de cómo operan estos servicios en Noruega, país que presenta una geografía similar a la de canales y fiordos magallánica.

Sepúlveda propone usar barcos adecuados para la región disponibles en el mercado, ya sean usado o por construir. Ello, considerando la capacidad de éstos y el menor tiempo de traslado permitiría aumentar ostensiblemente la capacidad de carga y de pasajeros.

Rampas de hormigón,
mala solución

Pero, también hay otro problema. Sepúlveda hace ver que en nuestra zona se imitó a países como Grecia y que eso nos llevó a instalar rampas como puntos de atraque de las naves, siendo que ello no funciona cuando se está frente a cambios importantes de nivel del mar.

Entonces, parte de la solución pasa por contar con terminal totalmente diferentes, cambiando las estructuras de hormigón fijas por rampas basculantes conocidas como “linkspans”, que se acomodan a las fluctuaciones del nivel del mar. Nuevamente indica que los modelos noruegos, usados en un entorno geográfico similiar al magallánico, se presentan como ideales, siendo los más usados en el mundo. Indica que se han instalado más de dos mil y que la inversión que ello requeriría sería significamente menor de lo que se podría pensar. Lo más importante es que ello permitiría el uso de naves con mejor desempeño.

Cambio de terminales

Para el arquitecto naval, este plan integral de mejoramiento del sistema portuario debe pasar también por cambiar la ubicación de algunos terminales, como el de Puerto Yungay. “Allí se necesita otro lugar más protegido de los vientos”, acota.

E-combustibles

A propósito de la eventual producción de hidrógeno verde en Magallanes, Sepúlveda señala que es hora de pensar en e-Combustibles a la hora de pensar en reemplazar al diésel.

Conectividad
patagónica: mayor
velocidad y más capacidad

Sobre el tipo de embarcación que debe operar en nuestra zona, Sepúlveda plantea la adquisición de transbordadores que se adaptan tanto al transporte de carga como el traslado de pasajeros.

Hay diseños que permiten llevar los camiones y vehículos de carga en una cubierta principal y, sobre ésta, habilitar amplios espacios para los pasajeros, con lugar para adquirir café y comida y vistas techadas que proporcionen abrigo y que permitan admirar el paisaje.

“Si aumentando las velocidades al doble se limitan los recorridos a menos de 24 horas, se evita la hotelería e infraestructura de acomodaciones para que miles de turistas extranjeros y nacionales conozcan los únicos fiordos, canales y glaciares inexplorados del planeta, en acomodaciones sobrias, pero cómodas, sin emular los grandes cruceros cuyo fin es la entretención a bordo, siendo el entorno maravilloso del viaje entre dos extremos de rutas terrestres lo importante, y a un costo atractivo para el usuario común y miles de turistas aventureros de escasos recursos que llegan a la Patagonia de nuestro país”, resalta.

“Un ferri moderno actual puede hacer el trayecto (Natales-Yugay) en 24 horas por tramo, es decir, 48 horas ida y vuelta. Esto implica que podría hacer tres viajes a la semana y descansar un día y eso se traduciría en aumentar en cuatro veces la capacidad de transportes que hoy día existe con un solo ferri”, señala.

Mayores ingresos

Sepúlveda indica que, para el operar de las naves, los turistas significan un ingreso mayor que el del transporte de carga, pero estacional, aunque, a su vez, ayudan a pagar los costos de la necesidad de lo prioritario para el país, que es el transporte de insumo estable hacia el extremo sur a lo largo de un año y, con eso, reducir las tarifas por metro lineal de transportar vehículos, subsidiando parte de los costos de operación.
Al mismo tiempo, hace ver que ambos dejan beneficios económicos y distribuidos democráticamente en la región como es característica del turismo, pero también a nivel planetario se ayuda a reducir las emisiones de CO2, sin evitar la conectividad entre el extremo sur de Chile y el resto del país y permitiendo ofrecer una alternativa mejor a las decenas de camiones que diariamente lo hacen por miles de kilómetros de carreteras transandinas.

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