Los 55 años del Instituto de la Patagonia

Cincuenta y cinco años de existencia conmemoró el Instituto de la Patagonia de la Umag, que nació como uno de los centros de investigación de mayor prestigio de la zona austral de América.

Su surgimiento oficial se remonta al 2 de marzo de 1969, en una iniciativa de la Fundación Magallanes que impulsó un grupo de profesionales liderado por el abogado e historiador Mateo Martinic.

Durante la década de los ’70, el Instituto de la Patagonia acogió a investigadores de las ciencias sociales y las ciencias naturales, cuyo aporte ayudó al desarrollo de la Región de Magallanes. En 1985, el instituto se integró al quehacer de la Universidad de Magallanes (Umag), relación que se mantiene hasta el día de hoy como un centro de investigación, generador de diversos estudios, muchos de los cuales son incluidos en publicaciones científicas de alcance nacional e internacional. Además, la misma entidad sacó a la luz “Anales del Instituto de la Patagonia”, edición centrada en las ciencias naturales, y “Magallania”, ligada   las ciencias sociales.

Un papel importante dentro de la labor del Instituto de la Patagonia tiene el Centro de Estudios del Hombre Austral, cuyo objetivo es profundizar y ampliar el conocimiento sobre la vida humana, a lo largo del tiempo, en la parte austral de América. En su devenir, aparte de las especialidades originales, se han incluido las de Antropología Física, Antropología Social, Demografía y Patrimonio Histórico, transformándose de esta manera en un significativo aporte en distintos ámbitos de la investigación, con influencia más allá de lo regional.

En estas cinco décadas y media de fructífero quehacer, no cabe más que destacar la visión pionera y futurista que tuvo el historiador Mateo Martinic cuando se imaginó un lugar donde se podía mantener y preservar los patrimonios de Magallanes y además de eso investigar los enormes recursos naturales que tiene nuestra región y bajo esa perspectiva considera que en el Instituto de la Patagonia la misión está cumplida.

Sin duda, que al momento de proyectar al Instituto de la Patagonia para las futuras generaciones, surge el desafío de priorizar un proyecto de larga data como lo es disponer de un centro de visitantes que sea un lugar especialmente diseñado para que la comunidad conozca en mayor profundidad sus antiquísimas colecciones, procurando con ello enriquecer aún más el conocimiento que se tiene sobre este territorio austral.