Niños reciben sacramento de la Comunión con fe y acompañados de sus familias

Con alegría y fe, un grupo de 16 niños y niñas recibió la Primera Comunión en la iglesia Catedral durante la luminosa mañana de este domingo. La ceremonia fue marcada por un ambiente de esperanza y devoción mientras los participantes, vestidos con sus trajes blancos impecables, se preparaban para este importante paso en el camino de la fe. Acompañados de sus familias, los niños fueron los protagonistas de la emotiva misa donde recibieron el sacramento de la Eucaristía, marcando así el inicio de una nueva etapa en sus vidas.

Durante todo un año se prepararon para este especial momento. Las sesiones de catequesis, que se llevaban a cabo los domingos, se convirtieron en un punto de encuentro donde aprendieron sobre los valores y enseñanzas de su fe, siempre bajo la guía de sus padres. 

Sergio Eduardo Villarreal Sáez, de 12 años, compartió su emoción al expresar: “Nos hemos preparado mucho durante un año, y la experiencia ha sido emocionante”, indicó, admitiendo que este proceso lo inició incentivado por sus padres.

Gabriela Vidal Sáez, de 14 años, también compartió su entusiasmo: “Es una ocasión muy especial y hermosa. Hemos estado preparándonos durante un año, asistiendo fielmente a nuestras clases de catequesis todos los domingos. Esta experiencia tiene un significado profundo para mí”, expresó. Sus palabras resaltan la trascendencia de este evento en sus vidas y la conexión que sienten con su fe y comunidad.

Eliana Covarrubias, la catequista encargada de guiar a estos niños, describió el proceso como un año de estrecha colaboración entre ellos y sus padres. Esta asociación entre la iglesia y las familias es fundamental para el crecimiento espiritual de los niños, ya que les proporciona un entorno de apoyo y comprensión mientras exploran su fe y se preparan para recibir los sacramentos.

En esta ocasión especial, la comunidad de la Parroquia Catedral se enriqueció con la participación de niños de diversas edades y procedencias. Desde Punta Arenas hasta Santiago, e incluso algunos provenientes de Venezuela y Bolivia, estos jóvenes demostraron que la fe no conoce fronteras ni límites geográficos. Su unidad en la celebración de la Primera Comunión refleja la diversidad y la universalidad de la fe cristiana, que une a personas de diferentes culturas y orígenes en un mismo camino espiritual.

“Invito a todos los padres que deseen que sus hijos participen en la primera comunión el próximo año a unirse a nosotros en este maravilloso viaje espiritual”, expresó Eliana Covarrubias. “Estaremos aquí en la Catedral para recibirlos con los brazos abiertos y compartir juntos esta experiencia de fe y comunidad”. Su invitación resuena en toda la comunidad, recordándoles la importancia de cultivar la fe y la comunión con Dios y entre ellos mismos.

Rodrigo Ayancán Carrera, padre de Milagros Ayancán y Mario Moreno, compartió su perspectiva sobre este momento único en la vida de sus hijos: “Ha sido un año de preparación emocionante para nosotros como familia. Estamos llenos de emoción al ver a nuestros hijos dar este paso porque era algo que buscábamos para ellos”.