Limpieza en alturas
Desafiando cualquier ápice de miedo a las alturas, las bacterias de los vidrios, la gravedad e incluso su propia vida, una vecina del edificio Don Bosco se animó a limpiar su balcón. No necesitó ningún arnés, ni tampoco medida de seguridad alguna: su valentía y confianza está intacta. Dicen que el balcón de aquel tercer o cuarto piso reluce y destaca a la distancia por su limpieza y es que el esfuerzo por mantenerlo ausente de bacterias no es en vano. Ahora bien, testigos del suceso postularon teorías distintas apuntando a que se trataría de una empleada doméstica obligada a tal riesgosa labor. Cualquiera sea el caso, la limpieza en alturas se realizó, no hubo accidente y el balcón quedó resplandeciente.