El tono mesiánico de Juan Pablo Swett en el lanzamiento de la Multigremial Magallanes
Hasta la Estancia Río de los Ciervos, propiedad de la familia Solo de Zaldívar, llegaron casi todas las altas figuras de la derecha política y económica de Magallanes.
En el encuentro se encontraba la ex intendenta Liliana Kusanovic, quien salió tras el paro del gas de 2011; Francisca Rojas, ex seremi de Bienes Nacionales del segundo gobierno de Sebastián Piñera; Cecilia Cárdenas, presidenta regional de Renovación Nacional, el consejero Alejandro Riquelme; el ex gobernador de la Provincia Antártica, Juan José Sardanovic, y la concejala Alicia Stipicic, entre otras prominentes figuras derechistas. Muchos de ellos salieron comentando la unión que se vio en dicha instancia.
El orador del encuentro fue Juan Pablo Swett, quien, con un estilo parecido a Javier Milei, agarró el micrófono y realizó un análisis de cómo ha sido el comportamiento de Chile en los últimos 15 años.
“Durante los últimos 15 años, podemos decir que destruyeron, qué es la palabra que usamos todos, pero yo prefiero decir destruimos”, partió el líder nacional de la multigremial.
Realizó un llamado a los asistentes a “salvar Chile. “Es una batalla muy larga, muy cansadora, donde hay que ser muy valientes para decir las cosas”, prosiguió.
Gramsci
Antonio Gramsci es un filósofo, periodista y líder del Partido Comunista italiano, quien en los años 20 instaló la idea de que el verdadero poder de los países estaba en dominar los medios y la cultura, con el objetivo de modificar los valores que tenía una sociedad. Según Swett, estos planteamientos son usados por la izquierda. Define que el hecho de que la derecha no haya entendido esto es el causante del deterioro del sector y que hoy la izquierda gobierne. “Hay que hacerle caso a Gramsci, hay que cuidar nuestras trincheras”, deslizó el dirigente nacional, quien definió que debe haber una defensa irrestricta a las Pymes y al empresariado.
Durante su exposición, se apoyó en una presentación Power Point en donde se iba mostrando uno a uno los hitos que, a su juicio, instaló el Frente Amplio. “Nadie puede decir que el Chile de hoy es igual al Chile de hace 15 años, existen trincheras que han sido cooptadas por la izquierda”, expresó. Ahí repasó uno por uno los sindicatos que son liderados por dirigentes afines al actual gobierno salió al baile hasta el vilipendiado perro matapacos.
Swett explicó que existen cuatro etapas para cambiar la cultura de un país: copar las instituciones, seleccionar las batallas identitarias, refundar el país y gobernar.
Críticas al gobierno
Aquí es cuando el discurso de Juan Pablo Swett empezó con las críticas al gobierno del magallánico Gabriel Boric y al estallido social. “Chile estuvo caminando al borde del precipicio”, expresó mientras en la presentación se veía un hombre trotando por un risco, tras esto preguntó a la audiencia: “¿Por qué nos salvamos?”.
“Nos salvamos porque no estaban preparados para gobernar, eran muy jóvenes y no pudieron refundar Chile el 4 de septiembre con el proyecto de la Convención Constitucional”, señaló Juan Pablo Swett durante su exposición que duró más de 20 minutos ni siquiera mencionó el fracaso del segundo proceso constitucional ni las razones que llevaron a la crisis de octubre de 2019.
Tono mesiánico
El líder de la multigremial llamó a los empresarios y políticos regionales a alzar la voz, hablar de temas complejos y defender sus principios. “La batalla cultural no la hemos ganado”, dijo. Según él, el sector tiene que salir a la calle a explicarle a los jóvenes que el “Estado no puede dar todo gratis”, la importancia del crecimiento económico y hacer posible que ideas impensables sean acogidas por la sociedad. Esto último lo llamó la “ventana de Overton”, teoría que habla sobre que una política extremista tiene una ventana corta de espacio para ser aceptable.
“Todos están diciendo: ‘Ya quedan dos años, va a venir un gobierno que me interesa más’. Bueno, la economía va a despegar y, si despega con un motor que viene así (aquí muestra un motor incendiándose), vamos a terminar igual (…) El problema de Chile es cultural”, prosiguió Swett.
“Tenemos que ser más pacientes que lo que ha sido el Partido Comunista tratando de meter sus ideas”, sentenció.