Emergencia en Puerto Williams: una respuesta coordinada frente a la adversidad
La localidad más austral de Chile, el pasado 14 de mayo se enfrentó a una emergencia climática de proporciones. Un fenómeno meteorológico de características extremas, que desencadenó el desbordamiento del río Róbalo, principal fuente hídrica de la ciudad. El desafortunado evento no sólo puso en peligro la seguridad y el bienestar de los residentes, sino que también sometió a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades y servicios de emergencia con que cuenta Puerto Williams.
La situación llevó a los vecinos a organizarse y exigir respuestas al gobernador Jorge Flies y a la empresa Aguas Nuevas, compañía de la cual depende Aguas Magallanes, en ella exigen prever situaciones que pongan el riesgo el suminstro hídrico y piden una compensación económica por los inconvenientes causados. “Deja en evidencia la negligencia de las instituciones pertinentes y las autoridades que han estado en los últimos 20 años”, reclaman los vecinos de Puerto Williams.
Ante la magnitud del desastre que se pudo observar desde las primeras horas del evento, el río Róbalo, que normalmente viborea apaciblemente por los alrededores de Puerto Williams, se convirtió en una fuerza descontrolada de la naturaleza, arrastrando consigo barro, ramas y troncos de gran tamaño. El caudal desbordado no sólo inundó áreas habitadas, sino que también causó estragos en la infraestructura crucial para la captación y tratamiento de agua potable.
Ante la inminente amenaza de contaminación del suministro de agua potable, debido a la suciedad del río y los daños en la infraestructura, Aguas Magallanes se vio obligada a tomar medidas drásticas. La suspensión de la producción de agua potable fue una decisión difícil, pero necesaria para proteger la salud pública, declaran desde la empresa. Esta acción, sin embargo, dejó a la comunidad de Puerto Williams en una situación de emergencia, con la necesidad urgente de acceso a agua potable para satisfacer las necesidades básicas como la hidratación e higiene.
Christian Adema Galetovic, gerente regional de Aguas Magallanes destacó que “la planta de producción cuenta con una reserva de agua potable de 200 metros cúbicos, es decir 200 mil litros. Esto permitió el reparto de agua potable en los camiones de bomberos y aljibe municipal”, indicó.
En este desastroso escenario, se puso en marcha un gran operativo de respuesta. La coordinación entre las autoridades locales, regionales y nacionales fue fundamental para garantizar una acción rápida y efectiva. Desde el primer momento, se establece un centro de operaciones de emergencia para lograr la coordinación de los esfuerzos en materia de rescate. Se instauró un centro de operaciones de emergencia para coordinar los esfuerzos de rescate, distribución de agua y reparación de la infraestructura dañada.
La Armada
y voluntarios solidarios
Los días siguieron y el saldo que dejó el desastre natural estuvo marcado por un intenso trabajo de limpieza, reparación y reconstrucción. El personal técnico de Aguas Magallanes, con el apoyo de empresas contratistas y la Armada de Chile, trabajó incansablemente para restablecer el suministro de agua potable a la comunidad. Se repararon kilómetros de tuberías dañadas, se limpiaron y despejaron los puntos de captación y se implementaron medidas de seguridad para prevenir futuros desbordamientos.
El rol de la Armada de Chile fue crucial en esta operación de emergencia gracias a su ayuda a la reparación y reposición de 100 metros de tuberías, cambios de válvulas, reparar las compuertas de captación, entre otros trabajos. La rápida movilización de agua potable en camiones aljibes y estanques a la comunidad afectada también fue parte del trabajo desplegado por los uniformados. Además, se desplegó un equipo de buzos tácticos para evaluar los daños en la infraestructura sumergida y colaborar en sus reparaciones pertinentes.
La solidaridad y el apoyo de parte de la comunidad no se hicieron esperar. Voluntarios locales se unieron a los esfuerzos de rescate, distribuyendo agua potable a los vecinos y ayudando en labores de limpieza y reconstrucción. Empresas, contratistas y profesionales especializados se sumaron a la causa, aportando su experiencia y recursos para acelerar la recuperación de Puerto Williams.
Finalmente, después de arduos esfuerzos y coordinación entre las aportes involucrados, el servicio de agua potable fue restablecido en su totalidad el 22 de mayo en horas de la tarde. La comunidad de Puerto Williams pudo volver a sus actividades cotidianas con la tranquilidad de contar nuevamente con un suministro seguro y confiable de agua potable.