Convertidos a la fe evangélica reclusos buscan la reinserción carcelaria en programa que cumplió 14 años

En 1972 se creó en Brasil un programa llamado Apac (Amando al Preso, Amarás a Cristo), al interior de las cárceles, a través del cual se buscaba la reinserción de personas condenadas desde la fe cristiana evangélica.

Una propuesta que con el paso del tiempo ha demostrado ser exitosa en evitar la reincidencia; y que hace 14 años se instaló en el complejo penitenciario local.

El viernes fue el aniversario de la implementación de esta metodología en Punta Arenas, lo que se resaltó con una ceremonia en el llamado “Módulo Apac”.

En la ocasión, el capellán evangélico regional de Gendarmería, pastor Daniel Díaz Nauto, manifestó que a través de este programa se logran cambios de vida importantes en las personas privadas de libertad.

Baja reincidencia

“Las cifras indican que de los 224 usuarios que han sido parte de este módulo, sólo 21 de ellos han reincidido, lo que representa un 9,4 del total”.

Para lograr esto ha sido clave el involucramiento de la comunidad cristiana evangélica en la unidad penal, con voluntarias y voluntarios que ayudan a los internos a librarse de miedos, adicciones, prejuicios y barreras interiores, para que lleguen a autopercibirse como hijos de Dios.

Como parte de esta ceremonia, el pastor Eliseo Merino Molina, director del Instituto Teológico Interdenominacional de la Patagonia, explicó que el rol de ellos es contribuir voluntariamente al Módulo Apac a través de la entrega y reflexión de elementos valóricos, teológicos y bíblicos mediante la enseñanza a los internos.

Guillermo Aguilar Rojas, miembro del ministerio carcelario de la Iglesia Evangélica Pentecostal, expresó que “el compartir este evangelio de poder que transforma, que cambia a las personas y las hace nuevas criaturas, es lo que llevamos de Cristo a los internos, y esto nos llena de alegría”.

Testimonio

En la solemnidad y emotividad del acto uno de los privados de libertad, Rodrigo Figueroa Pizarro, quiso compartir su testimonio, señalando que para él, formar parte de este módulo, ha sido un cambio radical. “Tuve la oportunidad de tener el puesto de hermano guía y monitor, siendo interno, por gracia de Dios. En una de mis prédicas dije que me sentía agradecido de estar preso porque así Dios me rescató de las calles, de hacer cosas peores. Entonces soy un agradecido de Gendarmería, que se ha portado bien conmigo, como también de la iglesia”.

El director regional de Gendarmería, coronel Dan Toro Arévalo, manifestó que a través de la historia, y en distintas unidades del país, este programa “ha significado un verdadero alivio y una recuperación del hombre en sí y en sus procesos de reinserción y rehabilitación a través de la fe cristiana”.

Actualmente el módulo Apac de Punta Arenas está compuesto por 48 personas privadas de libertad que funcionan como una comunidad al interior del recinto carcelario, distinguiéndose por el respeto y buenas costumbres entre sí mismos y los demás, así como basados en la confianza y la autorregulación.

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