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“Soy un convencido de que la Antártica se va a mantener como un territorio dedicado a la paz y la ciencia”

Domingo 21 de Julio del 2024

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Un montañista que, como muchos, se convirtió en glaciólogo y que manifesta cierto rechazo a la formalidad cuando se le indica que, iniciada la entrevista, debe ser tratado de “usted”. Por “religión”, no bebe café después de las 5 de la tarde, pero hizo una excepción. 

Sangre italiana y alemana corre por sus venas y bromea diciendo que no es una buena combinación.

Hace siete años, Casassa había postulado sin éxito al cargo de director del Instituto Antártico Chileno (Inach). Pese a ello, considera valiosa la experiencia de un lustro que tuvo en el servicio público en la Dirección General de Aguas.

“Creo que estoy mejor preparado y son las vueltas de la vida y, como se dice, los caminos de Dios, que uno no los maneja. Feliz de estar acá. Veintidós años después, vuelvo a la región”, expresa.

Pero, en todo este tiempo Casassa se ha mantenido ligado a la zona, siendo profesor asociado en la Universidad de Magallanes, donde dicta once horas de clases a la semana. “Lo hablé con el rector, lo hablé con la Cancillería y voy a seguir haciendo clases”, comunica y habla de la sinergia y de la necesidad de fortalecer el vínculo con la Umag, pues -acota- “tenemos mucho qué decir como universidad regional”.

“Así es que tengo un doble sombrero”, declara.

Su llegada a la dirección nacional del Inach se da a casi un mes de que el país sea sede del XI Comité Científico Internacional para la Investigación en la Antártica (Scientific Committee on Antarctic Research, Scar), teniendo a Pucón como ciudad principal. Casassa precisa rápidamente: “Pucón y Punta Arenas” y se le replica que la capital magallánica tendrá un rol menor, albergará un side event. A lo que vuelve a apuntar: “Será más que un evento paralelo, porque serán los líderes de los programas científicos antárticos nacionales, los delegados, ante el Scar. Son los tomadores de decisión en ciencia antártica más importantes de cada país y que van a liderar los programas científicos anuales en los próximos años”.

Añade que ser sede le otorga a nuestro país la estatura que debe tener en este ámbito. “Es la reunión once, pero la primera vez que el Open Science Conference se realiza en Chile y la segunda en Latinoamérica. Nos permite mostrar la ciencia antártica nuestra y también liderar esto en el proceso”, remarca.

De patear glaciares
a dirigir el Inach

¿Se considera discípulo de Cedomir Marangunic Damianovic, uno de los grandes glaciólogos de Chile?

“Soy discípulo de Cedomir Marangunic Damianovic, magallánico y croata, que fue profesor guía mío. El me introdujo a la glaciología, allá por el año 82 cuando fui a hacer mi tesis de ingeniero civil de la Universidad de Chile, ingeniero civil hidráulico, a la isla Amberes, en la península Antártica. Así que a él le debo el estar aquí, en el sentido que, como muchos glaciólogos, nos iniciamos haciendo montaña, escalando y pateando glaciares. Entonces, a la vez que uno patea el hielo, dije: ‘¿Por qué no estudiar el hielo?’”.

Agrega que a los glaciólogos les fascina estar en terreno, en la montaña, en los hielos. “Pero también nos encanta estudiar y combinamos ambos temas. Así que, como le decía a mis hijos: ‘Esta es mi oficina, en el glaciar es la oficina’”, acota.

– ¿Qué lo motivó a postular a este cargo, más allá de la ligazón lineal glaciares-hielo-Antártica?

– “Para mí, es una guinda de la torta, en el sentido que yo ya tengo cumplida una trayectoria científica, una carrera científica que me ha traído mucha alegría y una carrera científica tradicional en la que uno va escalando posiciones a través del tiempo, pero en que la ciencia sea lo primordial y la relación con los estudiantes y proyectos de tesis, en fin. Pero es muy interesante ver cómo, a través de la ciencia, uno puede llegar con mensajes muy potentes a los tomadores de decisión. Creo que en eso uno se da cuenta que la ciencia no se encierra en una burbuja, en el laboratorio, sino que salimos al mundo, a la sociedad, en general, pero también, particularmente, a los tomadores de decisión y cambiar el mundo de esa manera”.

– ¿Qué le puede decir a aquellos que cuestionan que las políticas públicas estén siendo inducidas, precisamente, por los ambientalistas, los conservacionistas cuando estamos en un país en vías de desarrollo que necesita progresar y activar su economía?

– “Hay una dualidad ahí de dos temas que, aparentemente, están en pugna y el gran desafío es cómo desarrollar estos dos intereses, estos dos objetivos y llegar a una ecuación adecuada para un desarrollo sustentable. Ahora, ese desarrollo sustentable, hay que ver las escalas de tiempo en las cuales son sustentables porque, si hablamos de una explotación de un bosque, de un crecimiento muy rápido, puede ser pocos años, un decenio, dos decenios. Pero si hablamos de bosque nativo, el término sustentable ahí peligra porque necesitamos, no sé, un siglo para un crecimiento adecuado. Entonces, tiene que supeditarse a una escala de tiempo y a una actividad particular porque, claramente, la minería o los hidrocarburos requieren de millones de años en regenerarse… Por eso que es tan importante este tema de las energías renovables no convencionales en que Magallanes está liderando a nivel de Chile junto con Antofagasta con el tema del hidrógeno verde y que puede ser una de las varias soluciones, digamos, con otras matrices solares o eólicas”.

Desafíos de su gestión
y el viaje de Boric
 al Polo Sur

Casassa sostiene que en su gestión como director del Inach enfrenta desafíos múltiples, comenzando por la necesidad de reforzar el Programa Antártico Nacional que tiene como misión principal desarrollar en conjunto obviamente con los operadores antárticos que son las Fuerzas Armadas pero todas las universidades del país.

Promover el ingreso más sistemático de Chile hacia el interior de la Antártica, hacia el mar de Weddell, hacia el Círculo Polar es otra tarea, para la cual el Inach va “a estrechar vínculos con la Armada, con el Centro Estudio Científico de Valdivia”. Ello, sin dejar de lado los programas actuales en el resto de la Península Antártica donde nuestro país ha operado tradicionalmente en las islas periféricas y donde está la mayor parte de las bases en el sector más norte de tal territorio.

– ¿El reciente anuncio del Presidente Boric que el próximo año irá al Polo Sur se relaciona con esto?

“Absolutamente. Esa es la campaña “Estrella Polar III” de la Fuerza Aérea de Chile. La Fuerza Aérea de Chile ha llegado numerosas veces al Polo Sur, desde Patriot Hills, al principio, y ahora desde Glaciar Unión. Lo que ha anunciado el Presidente en la inauguración del rompehielos Viel de ir al Polo Sur es algo muy significativo para Chile”. 

– Para algunos, fue un anuncio farandulero que, si no va a acompañado, de medidas concretas, no tendría sentido.

– “Bueno, el Instituto Antártico Chileno, a través de la Cancillería, le vamos a dar todo el apoyo científico a esta campaña polar y, en ese sentido, recordar que se inicia desde Glaciar Unión, desde esta base científica conjunta donde tenemos un programa importante y que, obviamente, tiene que estar enmarcado en un tema científico. 

“Cuando el Presidente me anunció que había sido designado director del Inach, le dije, inmediatamente, porque me comunicó que iba a ir al Polo Sur: ‘Presidente, le damos todo el apoyo científico necesario para que esta misión también se enmarque dentro del quehacer científico de nuestro país y sea un aporte”. 

– ¿El Inach se ha convertido en una suerte de administrador de programas e investigaciones científicas?

– “No, el Inach es un organismo técnico que planifica, coordina y autoriza actividades científicas,  tecnológicas y de difusión en temas antárticos. Es un operador antártico estatal también, pero es un organismo asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores que colabora, que cumple un rol esencial en la Política Antártica Nacional, o sea, estamos haciendo ciencia para fortalecer directamente y promoviendo ciencia para contribuir a la Política Antártica Nacional. Adicionalmente, nuestros científicos -tenemos un Departamento Científico con un buen pool de investigadores de distintos temas- hacemos además ciencia, tenemos laboratorios. Así que estamos colaborando  bajo diversas aristas. Eso en colaboración con los operadores privados”.

Casassa destaca la condición antártica de Punta Arenas, concentrando el mayor número de países que la usan para ingresar al continente helado -23 de los 29 países signatarios-  y la estrecha colaboración con ellos. “Creo que el Inach cumple un rol pivotal en muchos aspectos, pero que podemos sintetizar como Política Antártica Nacional. Aparte de ciencia, aparte de ser operador, contribuimos directamente a la Política Antártica Nacional y de  colaboración, obviamente, dentro del Tratado Antártico con los demás países”, apunta.

– Los operadores antárticos privados han reclamado constantemente que no los han tomado en cuenta al momento de definiciones como el Estatuto Chileno Antártico. No se les reconoció la calidad de operadores. ¿Se cometió un error al dejarlos fuera de estas discusiones? 

– “Eso se está corrigiendo ahora y está, prácticamente, en vías de solución gracias a una gestión directa, obviamente, de los operadores antárticos que manifestaron esa inquietud. Pero este tema lo está llevando Cancillería, pero yo entiendo que está en vías de solución. En el Inach, como organismo emplazado fuera de Santiago, estamos muy abiertos a escucharlos, operamos con ellos todos los años.. Pero es la Cancillería la que lleva este tema”.

Tratado Antártico
y ¿política naive?

– ¿Cuál es su visión del funcionamiento del Tratado Antártico? Lo pregunto desde la perspectiva de los privados para quienes debe considerarse cierto uso de los recursos.

– “El Presidente de la República lo ha dicho en el sentido que, para nosotros, el Tratado Antártico ha sido un instrumento muy crucial para mantener un continente para la paz y la ciencia, pero, por otro lado, preservando también nuestra Política Antártica Nacional y nuestra relación con el continente que es histórica, en el sentido que en el año 1940 se firmó el decreto que declara nuestro Territorio Antártico chileno y que el Tratado Antártico lo preserva, no permite más reclamos territoriales, pero lo mantiene como un continente reservado para la paz y la ciencia. Entonces, cumplimos con el tratado internacional, pero sin renunciar, obviamente, a nuestra soberanía y nuestro reclamo”.

– ¿Cómo ve usted este sistema en 30 años más? 

– “En 2048, este tratado no es, para nada, que expire, pero los países miembros…”.

– Los países miembros pueden querer modificarlo.

– “Estas normas internacionales no tienen fecha de vencimiento, pero sí puede ser que se celebre una revisión a petición de cualquiera de las partes consultivas porque se cumplen los 50 años desde que entró en vigencia en 1998 el Protocolo Ambiental o Protocolo Madrid, pero que prohíbe no sólo la explotación sino la exploración de recursos naturales. En este caso, se necesita consenso unánime que es lo usual en el Sistema del Tratado Antártico y tengo la convicción que no va a haber un consenso unánime en abrir la Antártica ni a exploración ni a explotación de recursos naturales, que este tratado va a continuar a futuro”. 

– Entonces, ¿desdramatiza alerta que se produjo tras el anuncio de Rusia del hallazgo de grandes reservas de petróleo en el mar de Weddell?

– “Esa noticia, en realidad, data de cuatro años atrás, del 2020. No sabemos exactamente por qué reflotó, pero creo que se ha exagerado en esto. Quiero citar al Presidente de la República en la última cuenta pública que indica que ‘Chile se opondrá a cualquier explotación comercial de minerales e hidrocarburos en la Antártica y trabajaremos con todos los países reclamantes y los firmantes del Tratado Antártico para velar por el respeto a esta zona. La Antártica es y debe seguir siendo un continente de ciencia, paz y cooperación’”.

– ¿Y usted cree que eso le inquieta mucho a Putin?

– “Rusia es uno de los doce países signatarios originales y como tal tiene que mantener, velar  por los principios y acogerse a todas las normas del Tratado Antártico, lo cual lo ha hecho hasta el momento”.

– Pero también ha tenido otros comportamientos a nivel mundial que dan cuenta que está disponible para violar los principios internacionales. Sólo considerar la invasión a Ucrania.

– “Nosotros hemos colaborado estrechamente con científicos rusos y es una brillante forma de hacerlo en la Antártica, así que yo soy convencido que la Antártica se va a mantener como un territorio dedicado a la paz y la ciencia”.

– Pero hablamos de Rusia, China… ¿No resulta muy naive la postura chilena? 

– “Cuando uno firma un tratado internacional ese tratado internacional pasa a ser parte de las normas que un país debe seguir. Aparte de eso, un país tiene sus propias leyes y hay que compatibilizar ambas, pero los tratados internacionales se privilegian por sobre las normas nacionales. Así es que, en este caso, Chile es un ejemplo de cómo este tratado hay que aplicarlo y repito la esencia es paz, ciencia, cooperación internacional”.

– Bueno, veremos si ello resulta así. ¿Rusia ya ha informado las coordenadas de la zona petrolera en el mar de Weddell? ¿La Cancillería maneja esa información?

– “Sí, hay un sector que se informó. Esto es una información que tiene cuatro años y reflotó ahora no sé exactamente por qué. Es un sector bien al sur del mar de Weddell…”.

Casassa usa su celular para mostrar un mapa donde aparece una zona achurada con rayas azulinas, precisando que “está bien al sur en el sector oriental del ese mar”. Es una zona muy extensa que tiene “miles de kilómetros cuadrados y que es bajo el fondo rocoso, bajo el fondo marino, pero adentro de la plataforma continental, pero muy al este”.

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