Calvario vive vecina por anegamientos

Blanca Mimica, vecina de población prolongación Capitán Guillermos, enfrenta nuevamente un calvario debido a las inundaciones en su hogar. En menos de un año, es la segunda vez que gran parte de su patio se inunda, con el constante riesgo de que el agua entre nuevamente a su propiedad y arrase con todo a su paso.

Las recientes lluvias y el deshielo han sido los principales causantes de las inundaciones que afectan a esta vecina, muestra la frustración y la rabia que siente al recordar que en agosto de 2023 vivió una situación similar, cuando el agua invadió su hogar sin tregua, destruyendo todos sus bienes y dejándola prácticamente sólo con la ropa que llevaba puesta.

La Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco) de la municipalidad le proporcionó materiales de construcción para rehacer su hogar después del desastre del año pasado. Sin embargo, la mujer teme que el escenario se repita, poniendo en riesgo nuevamente sus pertenencias y herramientas de trabajo, como máquinas de coser y utensilios de peluquería, esenciales para su subsistencia, debido a que es una persona de la tercera edad.

En una conversación con La Prensa Austral, relató el impacto de la inundación pasada. “Perdí todas mis cosas, mi material de trabajo. La casa estuvo cuatro meses con agua adentro. Esa agua se pudrió y tuve que sacar las paredes”. Además, subrayó que el problema radica en la falta de una adecuada infraestructura de tuberías para desviar el agua. “Llevo más de 10 años viviendo aquí y nunca tuve problemas de inundación hasta el año pasado, cuando construyeron casas que bloquearon el paso natural del agua hacia el río”, afirma.

El apoyo de la municipalidad, aunque presente, ha sido insuficiente. Ha recibido materiales y ayuda para restaurar su hogar, pero la solución definitiva aún no llega. “Vinieron con camiones aljibe a sacar el agua, pero no es suficiente. Necesitamos una solución permanente, como la instalación de tuberías que permitan el drenaje adecuado del agua”, explicó. Ella vive sola y cuenta con el apoyo de su hija y nieta para las reparaciones.

Su situación no es única en su vecindario. Otras familias también sufren las consecuencias de la falta de infraestructura adecuada. Su propuesta es clara: “Poner tuberías que crucen el pasaje y lleven el agua al río. Eso es todo. Lo estamos pidiendo desde el año pasado”.

A pesar de las promesas y visitas de diversos funcionarios, la solución definitiva sigue pendiente. “No hay alcantarillado, sólo pozos negros que se rebalsan. Vivimos en condiciones indignas. Pedimos vivir dignamente, como todo el mundo”, concluyó, evidenciando la desesperación de una comunidad que sólo busca una vida mejor y más segura.

Con la ayuda de los camiones aljibe, se espera que esta vecina pueda extraer el agua de su patio en los próximos días. Sin embargo, ante lo que resta de invierno, la deja con la incertidumbre de que el escenario se repita.