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Recolectores de basura no saldrán mañana a las calles como un “reconocimiento social” en su día

Domingo 28 de Julio del 2024

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Día por medio pasan por nuestras casas retirando la basura. Una labor que para algunos puede resultar ingrata y, para otros, no tanto. Hablamos de los auxiliares recolectores, que andan de a tres en la parte posterior de los camiones de la empresa Areas Verdes, más el chofer.

Lunes, miércoles y viernes realizan el servicio en el sector norte. Martes, jueves y sábado, en el lado sur. 

Aunque este lunes los del lado norte deben abstenerse de sacar basura porque en todo el país se celebra el “Día Nacional del Recolector y la Recolectora de Residuos Domiciliarios” y, por ende, les dieron libre.

Con esto buscan visibilizar un conjunto de demandas históricas del sector, apuntando a dignificar y reconocer socialmente la labor que realizan.

Una de las principales demandas tiene que ver con ser reconocidos legalmente como “recolectores” y no como “transportistas”, como sucede actualmente. 

El presidente de la Federación de Recolectores de Basura, Fenasinaj, Armando Soto, dijo que la principal consecuencia de esta clasificación es que no permite abordar adecuadamente las enfermedades y accidentes laborales a los que las y los recolectores se exponen a diario.

Esta fecha tiene un valor especial para el gremio, puesto que, se trata de un “reconocimiento social” impulsado por las mismas organizaciones, que finalmente se materializó con la entrada en vigencia de la Ley 21.429, el año 2022.

Lo importante, y lo que buscan con esta fecha, es despertar conciencia sobre la labor que ejercen estos trabajadores. En  otras palabras, darles dignidad y reconocimiento social a la labor de sacar la basura.

“Nosotros instalamos este día porque queríamos que la gente nos conociera y se diera cuenta que, detrás de cada camión de basura, hay hombres y mujeres que enfrentan día a día peligros y desafíos para mantener nuestras calles limpias y el medioambiente sano”, aseveró Soto.

“La principal consecuencia de no ser reconocidos como recolectores es que no se aborda adecuadamente las enfermedades y accidentes que se exponen a diario.

“Actualmente somos de los trabajadores que más accidentes tienen. Son muy frecuentes, por ejemplo, los cortes con vidrios o latas o las caídas por correr detrás del camión. Además sufrimos un fuerte desgaste físico debido al peso que cargamos. Por tanto, es urgente que se avance en un tratamiento legal especial para los recolectores, para proteger la salud y la seguridad de nuestra gente”, resaltó el dirigente.

El proyecto de ley que reconoce la identidad legal de los recolectores “duerme” en el Congreso, siendo que son trabajadores esenciales para las ciudades.

“Feliz con lo que hago”

En Punta Arenas, son 81 trabajadores los que realizan la recolección de residuos, a través de la empresa Areas Verdes, sumado a dos supervisores que exigieron las bases del actual contrato.

En funcionamiento hay 14 camiones recolectores, de los cuales 12 realizan recorridos en el día y los otros dos en turnos de noche rotativos. 

Además, hay dos camiones pluma que se encargan de los operativos municipales de recolección de cachureos. A estos se suma un camión dedicado al sector periurbano; otro que realiza recolección de residuos los domingos, desde las 9 de la mañana y está el que recoge cartones tres veces a la semana (martes, jueves y sábado).

Jonathan Millalonco Rodríguez, 26 años; y Marco Hernández López, de 35 años de edad, casado y tiene una hija, dieron a conocer a El Magallanes su experiencia como auxiliares recolectores.

En ambos existe una coincidencia absoluta. De que se sienten a gusto con el trabajo.

“Me gusta mucho lo que hago”, comentó Hernández, quien lleva 15 años en estas labores. Partió a los 21, cuando decidió emigrar de la construcción, porque no había mucho trabajo, y enrolarse de auxiliar recolector. Fue a dejar sus papeles a la empresa que entonces realizaba el servicio y al mes lo llamaron.

“Empecé como auxiliar, pero siempre me ofrecía para hacer de tolvero, que es la persona encargada de las manillas que están detrás del camión, para hacer la compactación de la basura”.

Terminada la recolección es el auxiliar tolvero el que acompaña al chofer del camión al vertedero.

“Estoy contento con lo que hago. Al final uno se da cuenta que Dios siempre tiene algo preparado para uno. Y, al menos yo, encontré que esta sería mi profesión”.

Extranjeros no aguantan

Además, Marco cuenta con mucho orgullo que en esta labor pudo trabajar y estudiar, hasta que se tituló en Inacap de técnico en instalación eléctrica.

La principal dificultad, a su parecer, es el clima en invierno. “Es demasiado el frío y cuesta acostumbrarse porque acá no paramos nunca. Ni con viento o lluvia”.

Por lo mismo es que no hay extranjeros en estas funciones. A ellos se les hace muy difícil y no se habitúan, como sí lo hacen en muchos otros trabajos, donde es prácticamente normal encontrar personas de otras nacionalidades.

En general, el trato de la gente con ellos es bueno. Salvo algunos conductores, cuando les piden que corran el auto y se molestan, porque hay poblaciones donde los pasajes son muy angostos, sobre todo en el sector sur.

La otra gran batalla es con los perros. Algo cotidiano, sobre todo cuando tienen que sacar las bolsas de basura de los canastillos.

O la peligrosidad de algunos desechos, como jeringas que la gente mezcla con los residuos y los recolectores se pinchan o excrementos de perros que sacan en bolsas, que dejan a mucha altura y por el peso se rompen y caen en el cuerpo de los operarios.

Igual que los bidones con aceite de motor que la gente esconde en la basura. Y al compactar estos revientan y lo ensucian todo.

Jonathan Millalonco lleva poco en la empresa, recién cinco meses, pero tiempo suficiente para tomarle cariño a lo que hace. Lo asignaron al llamado “camión cachurero”, así que su labor es diferentes porque le toca ir a los operativos en las poblaciones.

Le ha tocado ver que la mayoría de las veces la comunidad no cumple, porque en este tipo de campañas sacan de todo a la calle, siendo que los desechos de materiales de construcción no corren.

En general, ambos valoran el cariño de la gente, lo que se da por el cambio de actitud y percepción hacia el trabajo que desarrollan.