Festival Internacional de Cine Polo Sur Latinoamericano no se podría realizar por falta de financiamiento
El panorama de trabajar en cultura es complejo y eso bien lo puede afirmar cualquier artista o gestor que trabaje en el ámbito. Precariedad laboral y la poca valoración de las instituciones por los proyectos sostenidos en el tiempo, genera que muchos de ellos se vean descontinuados. Y es el caso del Festival Internacional de Cine Polo Sur, acostumbrado a hacerse en épocas invernales y que para este año no tuvo el financiamiento de un fondo audiovisual concursable. En una carta abierta, la Agrupación Cultural Proa, encargada de la producción ejecutiva del festival, indicaron que el jurado cometió inicialmente “una serie de errores de apreciación y de lectura” que los llevaron a ser descartados en su postulación.
Son alrededor de 460 películas las que se han exhibido en los 17 años de existencia del festival. En un principio se realizaba en dos espacios: Teatro Municipal José Bohr y el Auditorio Ernesto Livacic de la Universidad de Magallanes. “Cuando el Teatro entró en restauración y quedamos sin lugar para exhibir las películas, rápidamente buscamos alternativas que por esos años no eran demasiadas y comenzamos a trabajar en el salón Pacífico de la Corporación Municipal de Punta Arenas, perteneciente al área extraescolar; allí fuimos atraídos por la voz del locutor Pedro Guichapany Miranda, quien por largos años y hasta sus últimos días fue la voz oficial de Polo Sur, desde la versión número 7”, rememoró la productora.
El festival levantado a pulso tuvo distintos periodos, desde una época en que las funciones eran acompañadas de chocolate caliente y uno que otro insumo gráfico. Más adelante la postulación a fondos concursables permitieron profesionalizar la programación y los equipos. “Logramos traer cineastas relevantes, nacionales e internacionales, homenajeados en vida en su mayoría, como el actor natalino Luis Alarcón, Ignacio Aliaga (ex director de la Cineteca Nacional de Chile), Carmen Brito, restauradora de películas patrimoniales y profesora en diferentes universidades e institutos, y a John Skirving, pionero magallánico del cine, en 2023”.
En lista de espera
La decisión finalmente viene desde el nivel central, donde complica que “otras personas valoren nuestro trabajo a distancia, sin conocernos, sin comprender la geografía compleja que tenemos para llegar hasta Tierra del Fuego o a Ultima Esperanza, donde los gobiernos locales son fundamentales como socios colaboradores, desconocer allá en la gran capital, donde se toman las decisiones importantes, que un festival así se realiza a pulso”, sostiene la productora.
Este año el jurado fue duro y entregó una baja calificación, lo que llevó a que emitieran sus descargos. Fueron acogidos en un 100%, demostrando en la lectura del proyecto que el jurado había llegado a conclusiones erróneas. “Esta es una pequeña alegría, pues de cinco proyectos somos los primeros en subir a la lista de espera para ser financiados. Aunque es un poco ingenuo pensar que puede correr la lista, años anteriores hemos quedado en espera, nos alienta el hecho de que nuestro festival, a pesar de miradas de jurados tan centralistas que hacen que todos los festivales se parezcan entre sí, tiene aún posibilidades de existencia”.




