“Nunca pensamos que el Gran Premio iba a durar tanto tiempo”
- Jorge Sánchez Cvitanic integró hace 50 años el directorio
que organizó la primera versión del GP de Tierra del Fuego.
Estamos a horas de que se de la largada para la 49ª edición del Gran Premio de Tierra del Fuego, en una fecha en la que se cumplen nada menos que 50 años de la primera versión de la carrera.
Sin duda que en estas “Bodas de Oro” es para recordar lo que fueron los primeros pasos de esta competencia y también su posterior desarrollo hasta los días de hoy donde es considerada como una de la más importantes.
En este recuento quisimos conversar con Jorge Sánchez Cvitanic, quien fue parte de la primera directiva del Club de Volantes de Porvenir que estuvo a cargo de la primera edición de la carrera.
Don Jorge por años fue partícipe de su organización, como director, vicepresidente y también el cargo mayor del automovilismo fueguino, por lo que es parte importante de la historia del Gran Premio.
“En mirada retrospectiva, en cincuenta años tantas cosas sucedieron, directivas que pasaron, cientos de reuniones para la organización de las carreras y, especialmente, tanta gente y amigos que conocimos que considero finalmente fue lo más positivo de nuestro trabajo”, comienza señalando Sánchez.
– ¿Pensaron en el inicio que esta carrera duraría 50 años?
-“(Risas) La verdad que no porque nada dura tanto, menos una carrera entre dos países, con aduanas abiertas y consiguiéndose muchas cosas que son difíciles de obtener en condiciones normales”.
“Es un evento que se realiza en las peores condiciones posibles, buscando el peor mes del año como para circular en vehículo porque o está blanco, o muy escarchado o tenemos nieve. Nunca le falta una condición climática adversa lo que la hace muy especial para correr”.
“Nunca pensamos que iba a durar tanto tiempo y menos, en lo personal, que aún íbamos a estar para vivirla. La hemos disfrutado siempre, todos los años, ya no trabajando en la organización pero siempre nos sentimos gente de la carrera”.
Jorge Sánchez nos explicó que ya en esa época (1974) ya existía el Club de Volantes de Porvenir, “se corría en la ciudad y nuestros adversarios más connotados venían desde Río Grande, Río Gallegos y por nuestro lado de Natales y Punta Arenas. Se armaban carreras que eran de circuitos habilitados en la misma ciudad y que atraían mucho a la gente y los medios de comunicación”.
“La idea partió de un encuentro entre Antonio Vukasovic, ya fallecido y que era presidente de club, con el gobernador militar de la época Uroz Domic, donde se habló de hacer una carrera tipo gran premio de larga duración y que uniera a Porvenir con Río Grande pero con las peores condiciones climáticas del año para que tuviera la connotación de ser una prueba difícil, no de velocidad pero que se disputara por las rutas de ambos países”.
“Luego hubo contactos entre autoridades de Río Grande y las nuestras, donde la idea también tuvo respaldo y por nuestra parte hicimos lo mismo con los dirigentes del Automóvil Club y así nació la primera carrera”.
La primera edición tuvo la partida en Porvenir en la primera etapa y al día siguiente largó desde Río Grande. “La meta fue en las instalaciones del frigorífico Catef, que tenía un patio cerrado y en la garita de ingreso para el personal se llevó el cronometraje que estaba a cargo de Guillermo Beros y nosotros, los del frigorífico, les colaboramos”.
“Fue una carrera corta, casi por los caminos directos que unían ambas ciudades, con una veintena de vehículos pero que con el transcurso de los años fue creciendo hasta llegar a tener más de doscientos autos”, explicó el ex dirigente fueguino.
– ¿En las primeras carreras también existieron puestos de control y emergencia en la ruta?
-“Como toda cosa, al principio costó tener una logística adecuada porque no se tenía la costumbre, pero siempre tuvimos a disposición ambulancias en el camino por si se registraba algún accidente o la coordinación de un avión en ambas ciudades para ser utilizado en caso de necesidad. Después, con el tiempo, esto se fue implementando cada año con mayores exigencias”.
“Fue más o menos parecido al tema del copiloto, con el que partieron todos los primeros grandes premio, que eran en su mayoría mecánicos que acompañaban a los pilotos para asistir en el cambio de neumáticos o para solucionar una falla mecánica en la ruta, en ningún caso para apoyar la conducción de los corredores como lo hacen en la actualidad los navegantes, idea que se copió un poco de lo que habían adoptado anticipadamente los argentinos. Hoy día está todo bien implementado, con una buena logística, con puestos de auxilio en la ruta para la carga de combustible o reparaciones”.
– ¿Cuál fue el punto de inflexión que transformó a la carrera en lo que es en la actualidad?
-“Al principio, la novedad de poder correr un gran premio atrajo bastantes máquinas, pero un punto importante fue la emergente situación económica que tuvo indistintamente Río Grande y Magallanes. La creación de la Zona Franca ayudó a que se pudieran adquirir autos a un valor asequible, mientras que por el lado argentino también favoreció el que dispongan de leyes y franquicias que también ayudaron para que la ciudad creciera una barbaridad en estos 50 años”.
“Ellos (los argentinos) también dispusieron de máquinas de producción nacional y ahí comenzaron aparecer un montón de autos. Pero también se han vivido momentos en los que ha bajado el parque un poco por la misma situación económica cuando se pone más difícil, con autos y repuestos muy caros lo que hace bajar inmediatamente el número de participantes”.
– ¿Corrió alguna vez el Gran Premio?
-“La corrí dos veces como navegante con mi hijo menor (Pablo). La primera vez terminamos quintos en la categoría chica, lo que fue súper interesante y entretenido, pero en la segunda oportunidad ya no nos fue tan bien porque nos volcamos cerca de Cameron y hasta ahí no más llegamos porque después me jubilé como navegante (risas)”.
“Hemos sido siempre muy entusiastas de la carrera, Pablo la ganó dos veces y estuvo a punto de ganar la ‘Challenger’ pero lamentablemente se abandonó cerca de Río Grande”.
-¿Cuántos años fue diri-
gente del Club de Volantes?
-“No lo tengo claro pero fueron muchos años. Como presidente deben ser unos tres o cuatro, después fui vicepresidente, director, en fin. Fueron muchos años, realmente no recuerdo cuantos”.
“Tuvimos un año el triste y fatal episodio del accidente de (Francisco) ‘Paco’ Puget y Elvy Garay , que se volcaron por la zona de Río Chico, en el accidente más trágico que tiene la carrera”.
“A raíz del accidente y otras situaciones que se vivieron, hubo mayor preocupación en tema de seguridad y la gente (pilotos) entendió que debía preocuparse de su seguridad porque no estaban exentos de la posibilidad de accidentarse, más ahora que las velocidades son muy grandes, pero hoy día el gran premio cuenta con una normativa bastante aceptable en ese aspecto”.
-¿Por qué esta carrera es tan atractiva para la gente?
-“Lo atractivo de la competencia, que es un gran premio que se disputa en dos tramos de 400 kilómetros y que no se corre en cualquier parte, es que puede participar cualquier persona que tenga las ganas de hacerlo. No tiene mayores exigencias deportivas. Sólo se inscribe, arma un auto dentro de las normas exigidas y puede largar. Creo que esa es la principal razón por la que la carrera es tan interesante para correrla”.
– Cada año complica más el tema de los trazados, ¿qué cree que pasará con el Gran Premio en el futuro?
-“Personalmente siempre me ha inquietado ese tema. Veo que podría haber una razón para que tengamos problemas el día de mañana porque correr sobre grandes tramos de pavimento puede hacerla una prueba de velocidades extremadamente altas y eso sería muy peligroso”.
“Pero se están buscando alternativas. Este año se modificó algo el trazado, pasando por Gaviota y en el lado argentino también implementaron otros sectores con caminos de tierra, que han presentado complejidad pero es una circunstancia de este año”.
“Todavía hay tramos largos que mantienen el espíritu de la prueba, sobre todo el sector sur de la Isla, y capaz que en el futuro podamos hasta dar la vuelta por Ushuaia, cuando se logre terminar el camino a Yendegaia unos cuantos años”.
“A lo mejor no se podrá correr en invierno, quizás habría que cambiar la fecha para la primavera, por las condiciones extremas del lugar en invierno. Bueno, en todo caso ese va a ser problema de otros (risas) pero no podemos ir en contra del desarrollo natural que debe tener un país”.
En el cierre Jorge Sánchez entregó un saludo para los participantes de este año, deseándoles a todos los corredores “que tengan una carrera grata y se entretengan bastante con el barro y el camino, pero por sobre todo lleguen bien que es lo más importante para mantener, como siempre lo ha sido, una fiesta sana de hermandad y fraternidad”.
Clasificatorio da la largada a 49ª edición del Gran Premio
Con los piques de clasificación se dará inicio hoy a la 49ª edición del Gran Premio de Tierra del Fuego que se disputará entre Porvenir y Río Grande, ida y vuelta, y que cumple este año sus “Bodas de Oro”.
El evento comenzará a partir de las 9 horas en un tramo de camino ubicado en la periferia de Porvenir que tiene largada en el sector de la estancia “Rabito” para continuar por la Granja Avícola, el Club de Huasos y con llegada al inicio de la prolongación Esmeralda, antiguamente llamado camino de Las Parcelas.
Recordemos que el clasificatorio permite conformar la grilla de partida para la primera etapa que se largará mañana sábado desde Porvenir a Río Grande, ordenando a los autos que obtengan desde el menor a mayor tiempo.
Esta edición contará con un parque de 142 máquinas distribuidas en ocho categorías, de las cuales 77 pertenecen a binomios argentinos y otras 65 a corredores chilenos.
MUCHA AGUA Y BARRO
En la previa ya se conoció que hay sectores de la ruta por donde circularán las máquinas que se encuentran en muy malas condiciones a causa de las constantes lluvias que se han dejado caer.
Entre los lugares más afectados se encuentra el de Alto Flamenco, tramo nuevo ubicado en el lado argentino y que los equipos tuvieron la oportunidad de reconocer por primera vez el fin de semana pasado.
En la ocasión se encontraron tramos con un piso muy blando, que presentaban mucha agua y barro, dejando estragos en los autos que circulaban por el lugar, muchos de ellos se quedaron empantanados por varias horas al no disponer de auxilios que los recataran.
El lado chileno también se presentaría con algunos problemas, de menor cuantía que el señalado, como serían los pasos por Cameron, Rusfin y los nuevos del cordón Baquedano y Gaviota, donde también el agua causó estragos pero, al ser caminos más consolidados, están más transitables.




