Baja en la producción de salmones fue el principal factor que jugó en contra de las exportaciones
A pesar de que los envíos de carne, lana, merluza, centolla, centollón, erizos aumentaron durante junio, esto no se vio reflejado en el último boletín de exportaciones regionales, el cual registró una variación negativa del 22,5% en comparación al mismo mes del año anterior ¿Motivo? la tormenta perfecta que vive la industria de la salmonicultura a nivel regional.
Según la última cifra del Ine, la cosecha realizada en los centros de cultivo, compuesta únicamente por salmón del Atlántico, fue de 8 mil 158 toneladas; denotando una variación negativa de 49,4%, que significó 7 mil 979 toneladas menos cosechadas, en comparación a lo acontecido en el mismo mes del año pasado.
El 40% de la torta de las exportaciones se lo lleva la industria del salmón, el resto se reparte en productos pesqueros y el metanol fabricado por Methanex.
La seremi de Economía, Marlene España, explica que la disminución de la producción de la salmonicultura se debe a que entre los ciclos productivos 2016 y 2021, algunas empresas salmoneras de la región incumplieron con los niveles de producción establecidos en las resoluciones de calificación ambiental, lo cual provocó que estas empresas tuvieran que realizar un programa para compensar todos los excesos de producción detectados y generó que algunas industrias se vieran obligadas a producir menos de las toneladas autorizadas.
“Son en total aproximadamente 105 mil toneladas de sobreproducción que se están compensando”, advierte la titular de Economía. Los procesos compensatorios impactarán hasta el ciclo productivo 2026-2027.
La Asociación de Salmonicultores de Magallanes insiste que existen bajas certezas a la hora de invertir. La judicialización de las concesiones acuícolas; la paralización en el otorgamiento de éstas; la no resolución de los Espacios Costeros Marinos para Pueblos Originarios, las cuales en caso de otorgarse ponen en jaque el futuro de esta industria en Río Verde y Natales; el Plan de Manejo de la Reserva Kawésqar, lugar en donde existen una treintena de concesiones acuícolas, el cual pondrá una fecha de caducidad a esta industria en el sector; son sólo algunos de los factores que elevan los riesgos de la industria salmonera en la región.
Puerto y fluctuaciones internacionales
“Competimos en desigualdad en flete, siempre hemos tenido esa dificultad nosotros”, sostiene el director regional de Pro Chile, Claudio Villarroel, al ser consultado sobre la principal dificultad que enfrentan los exportadores. Debido a la no existencia de un puerto de gran calado, las mercancías deben ser enviadas a través de puertos argentinos o salir de San Antonio, lo cual provoca pagar dos fletes. “No somos tan competitivos con el resto de Chile”, enfatiza.
La seremi de Economía comparte que la falta de un gran puerto afecta la exportación de productos, pero agrega que impactan a la industria turística, ya que no se puede “recibir adecuadamente a los turistas que nos visitan en los cruceros”.
La ampliación de los terminales aéreos de Punta Arenas y Puerto Natales pueden contribuir en parte a mitigar la falta de infraestructura portuaria, ya que permitirá a un gran número de exportadores sacar sus productos vía aérea. “Eso va a ser súper atractivo para las industrias”, añade.
En una economía tan abierta al mundo como la chilena cualquier fluctuación económica en un aliado comercial puede afectar a las exportaciones. Claudio Villarroel expone que, por ejemplo, los envíos de erizo a Japón se vieron disminuidos por la crisis inflacionaria que vivió dicho país, lo cual obligó a varias industrias niponas a comprar este producto a Rusia, lo cual llevó al suelo las cifras de exportación de erizos en Magallanes, principal lugar de producción de este recurso marino. El impacto económico del Covid y las esquirlas de la crisis de los contenedores, la cual llevó a que un container pasara de $2 mil a 20 mil dólares, aún impactan al mercado chileno.
En búsqueda
de soluciones
El seremi de Hacienda, Alvaro Vargas, y la seremi de Economía, Marlene España, están trabajando con Pro Chile para diversificar la exportación de productos y buscar nuevos mercados.
Destacan que este trabajo, ya tuvo su primer fruto, con el aumento de un 33% en los envíos de lana ovina. Esto tuvo poco impacto en la cifra global, ya que la ganadería representa un 1,3% de los envíos al extranjero realizados por la región.
Ambas carteras están trabajando para abrir el mercado chino, taiwanés y coreano a la centolla y erizo.
¿Afectación de la imagen país?
El New York Times publicó este martes un reportaje en el que critica a la industria salmonera por el excesivo uso de antibióticos, la alimentación a base de soya y subproductos ganaderos que se consideran “artificiales” que, junto con las heces de los salmones, se cree que dañan la vida oceánica. A este se suma otro artículo de prensa publicado por el The Washington Post en el que recomienda no consumir salmón chileno porque un 64.8% está categorizado como “de alto riesgo ambiental”, una clasificación otorgada a alimentos marinos de sobrepesca o con demasiados productos químicos para el control de enfermedades y parásitos.
Según el director regional de Pro Chile, Claudio Villarroel, esto no afecta la imagen que el mercado estadounidense tiene del salmón magallánico. “Somos una región subantártica, el producto tiene una denominación distinta al resto de los salmones en Chile son naturales y sin casi antibióticos”, señaló Villarroel.
Francisca Rojas, gerenta de la Asociación de Salmonicultores de Magallanes, indica que el reportaje se refiere a la producción de salmones en Aysén y Los Lagos. “La producción de Magallanes está certificada y se califica con color amarillo, lo que significa que tiene un buen estándar”.
“La industria de salmón tiene un buen nombre, es una proteína muy bien valorada y nuestra industria es muy tecnificada”, sentencia el director regional de Pro Chile.