Igualdad salarial

Ante la Comisión de Mujer del Senado, la ministra del Trabajo destacó que la participación laboral femenina se incrementó en 1,7 punto y habló de la recuperación de la tasa de inserción laboral pre pandemia.

Pese a ello, persiste la brecha salarial entre hombres y mujeres y, recientemente, la referida comisión de la Cámara Alta aprobó en general, tras varias sesiones y análisis, el proyecto que modifica el Código del Trabajo a fin de perfeccionar la regulación del principio de igualdad de remuneraciones entre hombres y mujeres.

Pese a ello, persisten dudas sobre los alcances de la iniciativa, siendo parte de las interrogantes si se contará con los recursos necesarios para la fiscalización y cuál será la capacidad real que tenga la Dirección del Trabajo para controlar el cumplimiento de las normas.

Mientras este proyecto sigue su curso en el Congreso, resulta relevante tener presente algunos guarismos que dan cuenta que la brecha salarial sigue siendo un factor diferenciador importante entre hombres y mujeres y que, en definitiva, perjudica a estas últimas.

Las autoridades barajan que la brecha es hoy de 20,6% entre hombres y mujeres y que ésta aumenta cuando el nivel educativo es mayor.

Los datos de la Encuesta Suplementaria de Ingresos (Esi) del año 2022, evidencian una notable disparidad salarial por género en Chile. Los ocupados hombres tienen un ingreso mensual promedio de $850.412, pero las mujeres ocupadas ganan en promedio $633.334, lo que significa una brecha de -25,5% en el ingreso promedio entre hombres y mujeres.

La informalidad aumenta en las mujeres entre las personas de 25 a 34 años.

Al mirar exclusivamente a los trabajadores asalariados (sector público y privado), durante 2022 la brecha de género en el ingreso promedio mensual se reduce, alcanzando un -17,6%, mientras que la brecha de género en el ingreso por hora de las personas asalariadas en 2022 fue de -11,1% (mujeres trabajan menos horas que los hombres).

Estos números y porcentajes parecen dejar en claro que se necesita avanzar y legislar para poder ir aminorando estas diferencias y hacer efectivo el principio de igualdad de remuneraciones por un mismo trabajo, si bien algunos alcances de la normativa podrían violar los derechos a la privacidad y alentar la judicialización de los casos.