Radonich y acceso de las policías a listas de pasajeros

La reciente exposición del alcalde de Punta Arenas, Claudio Radonich, en la Cámara Baja encendió las alarmas respecto a un tema que viene inquietando a los magallánicos: la seguridad y el aumento en el tráfico de drogas. En tal contexto, es totalmente atendible su insistencia en que las policías tengan acceso al listado de pasajeros que ingresan a la región como una estrategia para controlar el ingreso de personas ilegales y delincuentes.

Los datos presentados por Radonich son escalofriantes. El aumento del 300% en los decomisos de cocaína y marihuana, y un 600% respecto de las drogas sintéticas. Estas son cifras que dibujan un panorama oscuro para la región más austral del país. Magallanes, históricamente considerada una zona segura y tranquila, se encuentra ahora ante la amenaza latente de que el narcotráfico y las redes criminales, que antes parecían distantes, se estén consolidando.

El llamado del alcalde a tomar medidas preventivas es claro: “No esperemos que llegue una ola, la cual es difícil de detener”. Esta advertencia refleja la necesidad de actuar antes de que el problema se agrave al punto de ser incontrolable. Si bien las cifras actuales son alarmantes, también representan una oportunidad para redoblar esfuerzos en materia de seguridad, prevención y control.

El acceso de las policías al listado de pasajeros podría ser una herramienta importante para fortalecer la vigilancia y controlar mejor quiénes ingresan a la región. Sin embargo, es crucial que cualquier medida de este tipo se implemente con el debido respeto a las libertades individuales y en un marco de proporcionalidad y transparencia. La seguridad no debe ser un pretexto para vulnerar los derechos fundamentales de las personas, pero es indiscutible que en tiempos de mayor inseguridad, las estrategias de control deben ajustarse para ser más eficaces.

Lo que Magallanes está enfrentando hoy no es un problema exclusivo de la región. El narcotráfico es una amenaza global, y su expansión hacia áreas que antes eran periféricas es una realidad que Chile en su conjunto debe abordar.

No obstante, la ubicación geográfica única de Magallanes, con sus fronteras extensas y desprotegidas, la convierte en un punto vulnerable. Por ello, las autoridades locales y nacionales deben trabajar de manera conjunta en materia de control y en programas de prevención y tratamiento, que aborden el problema de las drogas desde una perspectiva integral.

El llamado de Radonich debe ser atendido con seriedad. No se trata sólo de aumentar el control policial, sino de generar una estrategia de seguridad que incluya una mayor presencia del Estado en los puntos de ingreso, más recursos para las policías y la coordinación de inteligencia con otras regiones y países vecinos, en particular con Argentina, debido a la cercanía geográfica.