Necrológicas

– Osvaldo Osorio Sánchez

– Juan Carlos Romero Anabalon

– Franklin Chávez Serey

“La hazaña de la goleta Ancud, llena de honra a la Armada de Chile y al pueblo chilote, que incorporaron a Chile los territorios y mares australes, hasta el cabo de Hornos, y le dieron a nuestro país la llave de la Antártica. Fue un puñado de valientes marinos y civiles los que hicieron posible a los que habitamos en el confín del mundo la gracia de ser chilenos, en una empresa realizada con débiles medios, pero con el esfuerzo y tesón de hombres y mujeres de Chiloé”

Los chilotes primero

Por Marcos Buvinic Domingo 22 de Septiembre del 2024

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Esta larga celebración de Fiestas Patrias tiene para nosotros, en Punta Arenas, la culminación con la conmemoración de que, hace 181 años, el 21 de septiembre de 1843, llegó la goleta Ancud a la Punta Santa Ana en el estrecho de Magallanes, y el Estado de Chile tomó posesión de estas tierras y mares australes. Es una fecha para recordar, un acontecimiento para agradecer, y un ejemplo de la voluntad y tesón de esos primeros pobladores que puede iluminar los tiempos complejos, inciertos y esperanzados, que ahora vivimos. 

Esta toma de posesión es una gesta que se había encomendado al capitán Juan Guillermos (John Williams) al mando de la pequeña goleta Ancud, construida por carpinteros chilotes para la ocasión. Zarpó desde Chiloé el 22 de mayo de 1843, con una tripulación de 22 personas, entre ellas dos mujeres, y luego de un arriesgado y azaroso viaje por los casi desconocidos canales australes, en la estación invernal, llegó al estrecho de Magallanes el 21 de septiembre de 1843, tomando posesión de él y de los territorios australes, creando el Fuerte Bulnes como signo y guardián de la soberanía chilena en estas tierras.

Esos recios hombres y mujeres que realizaron la Toma de Posesión del estrecho de Magallanes se jugaron enteros por establecerse en estas tierras e ir conociendo y dominando el rigor de la naturaleza que se les ofrecía en la esplendorosa belleza de la Patagonia. No fue fácil, pasaron muchas dificultades y penurias, pero sin doblegarse ante las adversidades dieron los primeros pasos que hicieron posible lo que hoy es nuestra vida en Punta Arenas y en nuestra Patagonia.

La hazaña de la goleta Ancud, llena de honra a la Armada de Chile y al pueblo chilote, que incorporaron a Chile los territorios y mares australes, hasta el cabo de Hornos, y le dieron a nuestro país la llave de la Antártica. Fue un puñado de valientes marinos y civiles los que hicieron posible a los que habitamos en el confín del mundo la gracia de ser chilenos, en una empresa realizada con débiles medios, pero con el esfuerzo y tesón de hombres y mujeres de Chiloé.

Así, primero Fuerte Bulnes y luego, en 1848, la fundación de Punta Arenas, son un don del pueblo chilote a todos los habitantes de la Patagonia y a Chile. Ya en 1870, Punta Arenas tenía unos mil habitantes, de los cuales el 70% eran venidos de Chiloé. Como ha señalado el historiador magallánico Mateo Martinic, “no es un exceso retórico concluir que por el esfuerzo chilote, Magallanes entró a formar parte de Chile” y “Chiloé se convirtió en ciudad nodriza que veló por el crecimiento de la incipiente colonia magallánica”.

Muy pronto llegarían otros habitantes a la colonia de Punta Arenas, y vinieron los croatas, los suizos, ingleses, españoles, italianos y otros; todos ellos atraídos por las posibilidades de trabajo y búsqueda de prosperidad, cuando Europa se desangraba en guerras que dispersaban oleadas de migrantes por el mundo entero.     

La vida y cultura que se desarrolló en estas tierras australes, única dentro de la diversidad cultural de Chile, tiene en la integración de las diversidades una de sus riquezas y una de sus marcas de identidad. En nuestra Patagonia ha tomado forma un estilo de vida inclusivo e integrador de todos los rasgos culturales de quienes han llegado y siguen llegando a vivir entre nosotros. Nuestro particular modo de vida, que tan claramente nos distingue del resto del país, es el resultado de esta voluntad de inclusión que ha ido integrando los aportes de todos.

Para los habitantes de la Patagonia austral, el acontecimiento de la llegada de la goleta Ancud y Toma de Posesión del estrecho de Magallanes, supera el mero hecho histórico, que ya es importante por sí mismo y poco conocido por los habitantes de otras regiones de Chile, sino que es una manifestación del genio espiritual del pueblo chilote, pues se trata de una ocupación pacífica, sin derramamiento de sangre y sin olor a pólvora, que aún no ha recibido el lugar que merece en la historia nacional, pero que ahora celebramos con un feriado regional.

El talante espiritual del pueblo chilote ha impregnado la cultura magallánica, enriquecida luego con la llegada de migrantes de pueblos europeos, y le ha transmitido sus valores de espíritu de familia, su hospitalidad, su esfuerzo laborioso, su silencio elocuente y su sentido del misterio, todo ello expresado en su rica religiosidad en torno a la persona de Jesús Nazareno y su Evangelio.

Sea, pues, esta fecha, el 21 de septiembre, un permanente homenaje a los marinos y al pueblo chilote que permitieron que en la Patagonia seamos chilenos desde hace 181 años.

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