La ciencia no es infalible

Durante muchos siglos de oscurantismo, el pensamiento más estúpido que dio la ciencia fue que ésta no existía. Cualquier persona que sugería una investigación científica era tildado de hereje y quemado en la hoguera.

Generaciones privadas de la ciencia se vieron obligadas a avanzar a trompicones, estropeando el planeta en forma poco científica, en su creencia de que el Universo era una obra de un Dios Todopoderoso y único, antes que el resultado de fuerzas de otra naturaleza.

Y ahora que nuestro nuevo mundo -supuestamente mejorado- se rige por la ciencia, ya no somos víctimas de las estupideces provocadas por la ignorancia. Sin embargo, ahora sufrimos las consecuencias de las estupideces científicas.

El año 1971, un grupo de científicos japoneses llevó a cabo un experimento para estudiar los deslizamientos de tierra. Empaparon las laderas de una colina con mangueras de bomberos para crear el efecto de una lluvia intensa. Pero la colina se derrumbó y en la avalancha de tierra posterior murieron cuatro científicos y once observadores.

Hace poco la prestigiosa Revista Times ha elaborado un curioso ranking con los peores inventos de la historia. En la lista destaca el automóvil Ford Pinto. Este coche se lanzó con éxito en Estados Unidos para competir con los autos compactos importados. Pero tenía un par de defectos de diseño: su carrocería era endeble y el depósito de combustible estaba por detrás. ¿Qué pasaba? Si lo chocaban por atrás, el estanque explotaba con facilidad.

En la lista de la Revista Times también figura el Clippy.

Lo que fue creado para ayudar terminó siendo repudiado por los usuarios del programa Office de Microsoft.

El ayudante con forma de clip animado era activado por defecto en las versiones antiguas para ofrecer orientación al usuario.

A nivel informático, según la Revista Times algo que jamás debió existir son los spams, o correos electrónicos “basura”.

Jamás he sido enemigo de la ciencia, pero me encuentro en el grupo de los que considera que la Ciencia intuye…más que corrobora.

Entre los 50 peores inventos de la Revista Times también destaca el famoso Segway.

Se suponía que iba a cambiar la forma de viajar, pero desde su aparición, el año 2001, esta especie de moto en la que un único pasajero viaja parado, no se masificó, y acabó siendo parte de circuitos para turistas perezosos, policías de tránsito y guías de centros comerciales.

Pero no es necesario abocarse a la Revista Times para encontrar errores científicos.

El año 1939 causó tanto estupor la creación del DDT, que su inventor recibió ni más ni menos que el Premio Nobel, por desarrollar un insecticida que eliminaría los mosquitos y otras plagas de las granjas.

El jurado del Premio Nobel parece que era tan inepto como el inventor, pues no previó que los efectos a largo plazo se convirtiera en un gran campo de investigación. Lo cierto es que, tras provocar bastantes enfermedades y muertes, se descubrió que el DDT no era parte de la solución, sino parte del problema.