Situación del transporte público mayor

La situación del servicio del transporte público mayor está en un punto delicado. En la víspera, la secretaría regional ministerial del ramo envió un comunicado en el cual confirmó que se extiende el contrato con la empresa Ascendal por un mes.

Se trata de una solución que genera más dudas que certezas, pues previamente se había firmado un contrato entre el Ministerio de Transportes y la nueva empresa que se adjudicó este servicio, el cual implicaba que Vía Alerce comenzaría a operar a partir de ayer.

Así, este ajuste de última hora da pie a especulaciones y permite abrigar ciertas inquietudes.

Las deplorables condiciones de las máquinas fueron, según se indicó, el principal motivo por el cual la compañía de Puerto Montt dio un paso al costado y postergó el asumir sus servicios. 

Las malas condiciones de los buses siempre ha sido un factor presente durante la gestión de Ascendal, unido a que no siempre se operó con la flota de máquinas comprometida en la propuesta licitatoria. Todo ello también redundó en el incumplimiento de las frecuencias.

Pésimo mantenimiento, problemas de frenos, máquinas varadas por diversos desperfectos fueron la tónica del servicio.

Queda claro que en este escenario hay tanto responsabilidad de la empresa y también falta de fiscalización oportuna y eficiente de parte de la seremi de Transportes y de los entes que deben velar por el transporte público y la seguridad de los pasajeros. Nunca se debió haber permitido que estos aspectos degeneraran.

La pregunta que surge es si se podrá en un mes realizar las reparaciones necesarias para que al cabo de 30 días la nueva compañía asuma el servicio.

Mientras tanto, un aspecto lamentable es la incertidumbre en la cual están los trabajadores de los dos sindicatos, quienes tienen contrato vigente sólo hasta este domingo 6 de octubre. Es lógico que ellos estén inquietos por su devenir laboral.

Considerando todos estos elementos, no cabe, sino, lamentar una suerte de improvisación en este tema, mucho más tratándose de un servicio que resulta tan vital para la vida de la ciudad y que beneficia principalmente a estudiantes, adultos mayores y grupos socioeconómicos medios y bajos que no tienen poder adquisitivo para usar vehículos particulares propio o cancelar servicios privados.