Cuidado de las personas mayores

Un caso viralizado a través de redes sociales implicó la detención y formalización de una mujer que fue captada agrediendo a su madre, una adulta mayor de 85 años, que padece demencia senil.

Entre otras razones esgrimidas por el abogado de la mujer, lo sucedido respondió al tremendo cansancio y con sus facultades desgastadas. Abundó que ella ha pedido apoyo institucional para lograr la internación voluntaria de su progenitora, pero que todas las puertas tocadas no se han abierto y ha debido cargar sola, sin mayores redes familiares ni sociales, el referido cuidado.

Durante este gobierno se ha impulsado la política de cuidados, de tal forma de reconocer que existe un grupo importante de personas -en su mayoría mujeres- que han debido y están dedicando gran parte de su tiempo a cuidar a otros: abuelos, padres, hijos, familiares enfermos. Ello, no sólo ha mermado sus posibilidades de desarrollo laboral e ingresos, sino que también ha provocado un degaste mayúsculo a quienes han debido asumir la responsabilidad diaria de velar por el bienestar seres queridos o cercanos postrados, con enfermedades invalidantes, trastornos cognitivos o condiciones especiales y demencia, entre otras situaciones complejas.

Cuidar a una persona requiere de ciertas habilidades y capacitación. No es fácil lidiar, sobre todo cuando no se tiene redes de apoyo, con tal demandante trabajo, mucho más si durante la semana no hay espacio para que la cuidadora pueda tener la posibilidad de alterar la demandante rutina semanal, descansar y darse espacios para sí misma.

Magallanes es una región que, demográficamente, está envejeciendo. Se requiere, entonces, que la inversión pública contemple ello y que haya proyectos e iniciativas tendientes a mejorar los servicios de salud para los adultos mayores, promover la atención domiciliaria, contar con una red de establecimientos de día o de larga estadía que permita dar soluciones oportunas a los casos más complejos, capacitar a los cuidadores y darles oportunidades de desarrollo más allá de la demandante tarea diaria.

En nuestra región, tiene que existir un Estado presente en este tipo de cuestiones y una red efectiva de asistencia médica con un creciente número de geriatras, expertos en salud mental y programas terapéuticos y kinesiológicos a favor de las personas mayores. Igualmente, debe ir creciendo el entramado institucional y social que apunte a la co-responsabilidad y que se haga cargo de los cuidadores.