Cosas del fútbol
El Club de Fútbol Argentinos Juniors nació llamándose Mártires de Chicago, en homenaje a los obreros anarquistas ahorcados un primero de mayo.
Y fue un primero de mayo el día elegido para dar nacimiento al Club Chacarita, bautizado en una biblioteca anarquista de Buenos Aires.
En aquellos primeros años del siglo XX, no faltaron intelectuales de izquierda que celebraron al fútbol en lugar de repudiarlo como anestesia de la conciencia. Entre ellos, el marxista italiano Antonio Gramsci, que llegó a decir que se trataba “de un reino de la lealtad humana ejercida al aire libre”.
JUGADOR INEPTO
Aquel puntero derecho era tan malo que le decían el Río Mapocho.
Desbordaba una vez al año.
GARRINCHA
Cada vez que los chilenos quedamos fuera de un Mundial (cosa muy frecuente) sobrevienen los recuerdos del Torneo de Fútbol de 1962, donde ocupamos un honroso tercer lugar.
Ese fue el Mundial que consagró al brasileño Garrincha, una de las más grandes estrellas del balompié de todos los tiempos, pero cuya carrera fue más corta que resbalada de enano. ¿La razón? Porque el alcohol lo mató antes de tiempo. Bebía en matinée, vermouth y noche y hasta se dice que sólo “chupaba” moderadamente cuando le decían que se “tomara las cosas con calma”.
LA CHILENA
Aunque la historia del fútbol chileno está cuajada de derrotas más que de victorias, nuestro país tiene a su haber, el inventar esa cabriola del balompié llamada “la chilena”.
Ramón Unzaga inventó esta jugada, en la cancha del puerto chorero de Talcahuano: con el cuerpo al aire, de espaldas al suelo, las piernas golpeaban la pelota hacia atrás, en un repentino vaivén de hojas de tierra.
Pero esta pirueta se llamó la chilena unos cuantos años después -en 1927- cuando el Club Colo Colo viajó a Europa y el delantero David Arellano la exhibió en los estadios de España.
Los periodistas españoles celebraron el fulgor de la desconocida cabriola, y la bautizaron de este modo porque de Chile había venido, como las fresas, el buen vino y la cueca.
En todo caso, en el Perú, a esta jugada le siguen llamando “la chalaca”…vaya a saber uno por qué.
CONFESION
Un tipo le confiesa amargamente a su amigo en la barra de un bar:
– Mi médico me dijo que no jugara más al fútbol
El otro retruca:
¿Por qué? ¿Tienes alguna lesión grave?
– No. Lo que pasa es que me vio jugar.
RECONOCIMIENTO
Soy un agradecido de la vida. Sí, porque tengo meridianamente claro que mientras unos pasan hambre, frío…o sufren por la inestabilidad laboral o por trabajos mal remunerados, yo estoy acá sentado cómodamente en un sillón que cuesta 250 mil pesos, con climatización, viendo las eliminatorias para el Mundial de Fútbol en una TV Sony Bravía, 4 K de 58 pulgadas, que cuesta 870 mil pesos, con un Home Theater Muteki 6.2.2 de 170 mil pesos.
Y nada me distrae ni me perturba o me inquieta.
Ni siquiera las miradas molestas de los empleados de “Ripley”, que quieren que me vaya del local…




