Al borde del estallido
Aunque no lo percibamos directamente, nunca como hoy la paz en el mundo estuvo en tan serio peligro. Desde las Naciones Unidas -que dio paso a la existencia de Israel en 1947- se han multiplicado las voces de advertencia, justamente a propósito del conflicto en Medio Oriente. El más reciente en hablar fue un alto diplomático español.
El aniversario del brutal ataque de Hamás desde Gaza, se recordó en medio de la extensión al Líbano de la feroz respuesta de Israel. En la guerra en Ucrania crece, simultáneamente, la posibilidad de que se autorice el uso en territorio ruso del armamento proporcionado por los aliados de Volodimir Zelenski. Sus efectos serían imprevisibles.
Como ominoso telón de fondo en este escenario, el inventario mundial de ojivas nucleares suma más de dos mil. Casi la mitad de ellas, unas 9.585, están operativas. Mientras, el Instituto internacional de investigación para la paz de Estocolmo (Sipri), estima que el gasto militar en el mundo supera los dos millones de millones de dólares (2,11 billones en inglés).
La chispa que desate la explosión puede saltar en cualquier parte y en cualquier momento. Por ejemplo, en Medio Oriente.
El jueves pasado dos soldados indonesios de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (Finul) resultaron heridos por disparos de un tanque israelí. El jefe del Departamento de operaciones de paz de la Onu, Jean Pierre Lacroix, recordó acremente al gobierno de Israel su obligación de respetar los Cascos Azules y garantizar su seguridad.
Lo más preocupante es que a estos conflictos se suman decenas de enfrentamientos de menor nivel en todo el mundo, especialmente en Africa. En 2022 eran más de 58.
A un sombrío panorama de más guerras y mayor gasto militar se agrega un aumento de la inseguridad alimentaria. Como consecuencia del cambio climático, millones de personas se han visto afectadas por oleadas de calor, sequía e inundaciones, con enormes costos humanos y económicos. La guerra en Ucrania agravó el problema. Los dos países en conflicto son grandes productores y exportadores de alimentos básicos; tanto la producción como el comercio se vieron reducidos por la guerra y las sanciones contra Rusia.
Los más afectados por la crisis son mujeres y niños, con más de 36 millones de menores de cinco años gravemente desnutridos en 32 países, de acuerdo con un informe de la Onu.
El peligro de un estallido global se percibe cada vez como más cercano. En la misma jornada del jueves pasado, Miguel Angel Moratinos, exministro de Relaciones Exteriores de España, actualmente alto representante de Naciones Unidas para la Alianza de Civilizaciones afirmó que está “enormemente preocupado” porque el mundo está “al borde de la Tercera Guerra Mundial”.
“Por primera vez en mi larga historia diplomática, más de 40 años, les tengo que decir que estoy extremadamente preocupado y que estamos al borde, si seguimos así, de una verdadera Tercera Guerra Mundial”. “Primero fue una guerra local, en Gaza y Cisjordania. Ahora pasamos a una guerra regional en el Líbano contra Hizbulá, con intención de que luego entre Irán, lo que significaría una guerra regional más amplia. ¿No nos damos cuenta de lo que supone la concatenación de incidentes?”
No es una pregunta inocente.