La historia de la cotorra Maxi que escapó de su hogar en Punta Arenas y que llegó a Williams a bordo del ferri
En un operativo que involucró a diversas instituciones públicas y privadas establecidas en Puerto Williams, durante la tarde de este sábado fue capturado en el ferri Kaweskar un loro cotorra de Kramer, especie exótica que escapó del hogar donde vivía en Punta Arenas y llegó a dicha embarcación cuando el jueves pasado se encontraba en el Terminal Tres Puentes, previo a su zarpe hacia la austral ciudad, ubicada a unos 600 kilómetros al sur en ruta marítima.
Por cerca de 27 horas, Maxi, nombre de la cotorra de seis años y mascota de doña María Kovacic, vecina de Punta Arenas, navegó por los canales australes a bordo del ferri Kaweskar hasta llegar a Puerto Williams. Tras infructuosos intentos por retenerla en instancias como el mismo viaje, al recalar en la isleña ciudad o durante la mañana del sábado, finalmente mediante un trabajo en equipo donde intervinieron varias instituciones, la mascota logró ser capturada.
La delegada presidencial provincial de la Antártica Chilena, Constanza Calisto Gallardo, agradeció la labor de todas las instituciones involucradas y mencionó que esta ave se encuentra en buenas condiciones de salud en un lugar seguro del Centro Internacional Cabo de Hornos (Chic), a la espera de ser trasladada vía aérea este lunes para ser entregada a su dueña. “Desde el día viernes nos mantuvimos en contacto con la familia para ir notificándoles de las acciones que se estaban realizando, entendiendo de que ésta, a pesar de ser una mascota y que está legalmente inscrita por el Sag, no deja de ser una especie invasora. Considerando que estamos en la Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos, había que tomar acciones preventivas sobre la posibilidad de que esta ave no se escapara, por lo que tuvimos un buen resultado”, manifestó la máxima autoridad provincial.
En tanto, el funcionario del Sag que estuvo presente en la captura, Cristián Soto, mencionó que “el loro tiene un brazalete, por lo que está registrado debidamente en el Sag. Es un ave exótica, por tanto, hay que tener ciertos cuidados para que no se escapen. Si quieren tener un animal exótico, hay que comprarlo en las tiendas debidamente autorizadas, con toda la reglamentación. Llamamos a las personas a que cuiden a sus mascotas, porque esto puede provocar algo muy grave al medio ambiente. Hay que tomar en cuenta que el ave viajó desde Punta Arenas hasta la provincia Antártica, soportó el viaje, y de no haber sido capturada, pudo haber pasado algo más grave”.
La odisea de Maxi
Patricia Vásquez, hija de la dueña de Maxi, explicó que esta ave comúnmente vuela libre en su hogar ubicado en el barrio 18 de Septiembre de Punta Arenas. Sin embargo, el martes pasado, la mascota arrancó por una puerta que se encontraba abierta. Inmediatamente, fueron en su búsqueda y también publicaron avisos en redes sociales. Al día siguiente, le informaron que lo habían visto por las inmediaciones de Covepa. “Lo bonito que él tiene, es que le gusta la música de Chaqueño Palavecino (cantautor de folclore argentino), porque mi papá y mi mamá se lo hacían escuchar todos los días. A él le gustaba, se ponía tranquilo con esa música, y la disfrutaba. Nosotros, al buscarlo, le pusimos la música a ver si es que podía escuchar y si es que podía regresar. Pero después nos enteramos, en otras fotos, que llegó al ferri, e hizo este viaje a Puerto Williams”, relató.
En la mencionada nave, se encontraba el ornitólogo Juan Rivero, investigador de la Universidad de Magallanes y el Chic. El profesional oriundo de España había escuchado que esta especie, originaria de Africa y Asia la cual normalmente se utiliza como mascota, había sido vista antes del zarpe, donde pasajeros le tomaron fotografías y la alimentaron. “Me di cuenta ya a mitad de viaje que estaba sobrevolando alrededor del barco, entonces, intentamos capturarla, pero no pudimos. Teníamos miedo de que llegase a Yendegaia y saltase a tierra. Le lanzamos una manta, para ver si la capturábamos, y no pudimos. Después, probamos con una caja y una cuerda, le pusimos comida, pero tampoco pudimos”, recordó.
Al recalar en Puerto Williams, pasadas las 23 horas del viernes pasado, las instituciones involucradas en el procedimiento, con la alerta ya activada, concurrieron hasta el ferri, pero no encontraron a Maxi. Sin embargo, a primeras horas de la mañana del sábado, recibieron nuevas informaciones de su hallazgo. El también investigador del Chic, Carlos Valeris, detalló que en ese período, “la cotorra salió hacia un bosque próximo, pero regresó después al ferri, porque ya estaba habituada a la comida que le estaban arrojando las personas”.
Cerca del mediodía, a las afueras del puente de mando, la comisión compuesta por personal del Chic, Sag y la delegada Constanza Calisto, se encontraron a escasos metros del ave. En esta ocasión, la autoridad provincial se puso en contacto telefónico con la dueña de Maxi, quien, en altavoz, le habló a su mascota, mientras la tripulación de Tabsa reproducía música de Chaqueño Palavecino en un parlante. Para atraer aún más a esta ave, le lanzaron al suelo nueces y kiwis, su comida favorita. Fue en ese momento que Juan Rivero y Carlos Valeris, con una red de niebla de seis metros especial para estas capturas, lograron retenerla y trasladarla de forma segura al recinto donde se encuentra actualmente.
“En este caso, como es tan increíble que esta especie desde Punta Arenas haya podido sobrevivir un viaje hasta Puerto Williams, demuestra la facilidad con que existe este peligro. En otras partes del mundo, esta cotorra se considera una de las 100 especies invasoras más peligrosas a nivel mundial, puede causar plaga, transmitir enfermedades. Como es un individuo doméstico, probablemente no tenga ninguna enfermedad, pero siempre existe este riesgo de transmisión zoonótica a otras especies, por lo tanto, es importante que la comunidad tenga consciencia de la importancia y la responsabilidad que es tener una especie exótica”, sostuvo Rivero.