Necrológicas

Dueña de loro cotorra: “Fue una semana de estrés para él”

Martes 22 de Octubre del 2024

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El lunes de la semana pasada, el loro cotorra de Kramer, de nombre Maxi, salió por la puerta de la cocina de su casa para comenzar una travesía que sólo él conoce. Fue avistado en distintos puntos de la ciudad, hasta que la familia recibió una desconcertante noticia: se encontraba camino a Puerto Williams. “¿Cómo?”, se preguntaron inicialmente, para luego entender que había llegado hasta el ferri Kaweskar y se escondió como un polizonte más hasta que fue descubierto por parte de la tripulación, entre la que se encontraban ornitólogos y especialistas que fueron de ayuda para su captura.

“Me llamaron por teléfono cuando lo vieron en el ferri. Me pusieron en altoparlante, para que me escuchara”, relata su ama, María Covacic, emocionada por haber recibido de vuelta a su querido loro Maxi. Ella prosiguió dando algunos datos que pudieran ser de ayuda. “Les digo que le gustan las nueces, el kiwi. Y lo más importante, que le gusta el Chaqueño. Eso fue lo máximo para él, porque se quedó tranquilo”.

Doña María se dirigió a cada uno de los lugares donde había sido avistado Maxi junto a sus hijas, equipadas con un parlante, música del Chaqueño y algunas nueces, para procurar su captura. Para ellas, su hallazgo y regreso a salvo a casa, se debe a cosas inexplicables. “Mi papá murió hace casi dos meses y eran uña y mugre los dos. Por él aprendió el Chaqueño y a escuchar toda esa música argentina. Él lo iba a traer de vuelta, nosotros nunca lo íbamos a encontrar”, relata Patricia Vásquez.

A su regreso lo encontraron algo tímido, pero muy hambriento. “Venía medio asustadito, porque él nunca había estado acostumbrado a una jaula”, relató María Covacic. “Comió todo lo que pilló y después empezó con los cabeceos (quedarse dormido). Es una semana de estrés para él. Todo desconocido. Ahora ya llegó a su lugar, está protegido, tranquilo y se relajó. Pero primero se lo comió todo”, cuenta Patricia, señalando los restos de nuez que seguían sobre la mesa, mientras Maxi hacía poses para las fotografías.

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