Algunos recuerdos de la Escuela 7 (2)
Ingresar a la Escuela 7 y en el antiguo Hotel “Kosmos”, fue en sí una aventura; veníamos desde nuestra querida Población Fitz Roy al “centro”. Las “liebres”, es decir, las micros de ese entonces (la “5” y la “6” eran las de la “Fitz Roy”) tenían un paradero en la esquina de 21 de Mayo y Errázuriz. Ahí había un “surtidor” de bencina, a la altura del Hotel Isla Rey Jorge, la esquina la ocupaba una construcción de dos pisos, de material ligero, en la cual funcionaban diversos negocios, entre ellos, por 21 de Mayo una especie de bazar donde vendían revistas, golosinas y -lo que más nos atraía- láminas sueltas de los recordados álbumes de “figuritas”. En dicho comercio encontramos la lámina “difícil” del álbum del Campeonato Mundial de Fútbol de 1966; era la del gran delantero Eusebio de la Selección de Portugal.
La escuela funcionó en el “Kosmos” hasta 1967 y -si la memoria no nos falla- el traslado se hizo durante el año escolar, no podríamos asegurar exactamente que mes, es decir, el año escolar se inició en el Hotel y terminó en el local definitivo.
En 1965 cuando entramos a “Kínder”, dirigía la escuela don Rodrigo Gómez Andrade, quien ocupó dicho cargo entre 1954 y 1981. Era todo un personaje; inconfundible con su paso cansino, sus ternos de color café, sus camisas blancas y esos abrigos largos que no distinguían temporada. Completaban su estampa, elegantes sombreros y sus cigarrillos que fumaba en cantidades más que considerables. Si algo nos quedó grabado a fuego de la antigua tradición de las y los Maestros Normalistas, era la preocupación por la presentación personal; hacían gala de una sutil elegancia, impecables a toda hora, incluso más allá de las paredes de las escuelas.
Volviendo al Director, salvo uno que otro enfado, era buena persona el hombre; cuando veía a algún alumno al que habían expulsado de la sala, le preguntaba que había pasado y a continuación instruía: “Toca la puerta de la sala y dile a tu profesor (a) que el Director te dijo que entraras”, y se iba. Obviamente los que re ingresaban mediante esta modalidad, por lo general no eran recibidos con muy buen semblante por los profesores (as). Don Rodrigo (o su esposa) tenía la tienda “Casa Sofía” en Bories antes de llegar a Mejicana vereda cerro, contigua al pasaje que conduce a unas viviendas interiores.
En el “Kosmos” aprendimos a leer en Primera Preparatoria, con el antiguo silabario “LEA” que aplica el Método psico fonético, ese de “a-ló, ma-má”. Los autores del silabario pertenecían al Departamento de Técnica Pedagógica de la Escuela Normal Superior José Abelardo Núñez. El texto traía como ilustraciones acuarelas de Gustavo Carrasco Délano, emérito Profesor de la Escuela de Bellas Artes.
En cuanto al esparcimiento, los recreos eran esperados con ansias, entre otras cosas por unas hallullitas recién horneadas que vendía la esposa de Don Carlos Parker, el eterno auxiliar de la escuela; las hallullitas se preparaban con manjar o mantequilla. Recordamos también que exhibían películas; inolvidable haber visto “Mary Poppins” con Julie Andrews y Dick Van Dyke, cantando “Chim Chimenea (Chim Chim Cher-Ee)” o “Supercalifragilisticoexpialidoso”.
Las entretenciones fuera de la escuela se concentraban principalmente en las canchas de básquetbol contiguas a las instalaciones de la Armada. Para aclarar un poco el asunto: la estructura greco romana que se conservó en el Hotel Dreams, era la fachada del antiguo Gimnasio de la Confederación Deportiva y al lado del gimnasio estaban las canchas que llegaban hasta poco antes de las defensas de concreto que atajaban las olas del Estrecho de Magallanes. Nos gustaba ir al sector de las defensas, en especial los días de gran oleaje, en tanto con mar calma, tirábamos lienzas esperando capturar algo, lo que rara vez sucedía. También íbamos al actual Muelle Prat, en ese tiempo de madera y nos maravillábamos con los “trasatlánticos” de esos años; recuerdo especialmente el “Cabo San Roque” y el “Cabo San Vicente”, buques gemelos de bandera española, eran de color blanco y chimenea negra. Era la época cuando se podía entrar a los puertos, subir a los barcos e incluso a las antiguas grúas del muelle.
Continuará…